El hijo bastardo de Cristóbal Colón creó el primer Google del mundo
Hernando Colón se dedicó a viajar a lo largo de tres décadas dentro y fuera de Europa con el objetivo de recopilar todo el saber
El siglo XVI fue una época de grandes cambios, siendo uno de los más importantes el del descubrimiento de América. Todo el mundo conoce las gestas de Cristóbal Colón, pero lo que muchos ignoran es que su hijo ilegítimo fue otro pionero.
Hernando Colón amasó una biblioteca de tamaño y alcance sin precedentes. El hijo ilegítimo de Cristóbal Colón tuvo en sus manos la mayor biblioteca privada de Europa.
En la biografía The Catalogue of Shipwrecked Books (en español, El catálogo de libros naufragados) –que será publicada a lo largo de este mes por la editorial Harper Collins–, el académico de la Universidad de Cambridge, Edward Wilson-Lee, en coautoría con un profesor de filología de la Universidad de Granada, José María Pérez Fernández, cuenta las andanzas de Hernando Colón.
Una gran biblioteca en el siglo XVI tenía 3.000 libros; la de Hernando Colón tenía entre 15.000 y 20.000 obras
El vástago del conquistador también se dedicó a viajar a lo largo de tres décadas dentro y fuera de Europa –entre el 1509 y el 1539– aunque con otro objetivo: construir la biblioteca más grande del mundo.
Con tal de hacerse una idea de sus periplos, en cuestión de un año pasó por Amberes, Basilea, Bolonia, Burgos, Colonia, Constanza, Fribrugo, Habsburgo, Innsbruck, Maastricht, Milán, Módena, Pádua, Parma, París, Poitiers, Roma, Turín, o Venecia con tal reunir todos los volúmenes posibles.
Hernando Colón no era el único bibliófilo de la época, pero hay algo que lo hacía diferente. En primer lugar, una gran biblioteca consistía en 3.000 libros, mientras que la suya llegó a almacenar entre 15.000 y 20.000 obras.
La Biblioteca Hernandina trató de albergar todos los libros posibles, en todos los idiomas y sobre todos los temas
En segundo lugar, mientras que el resto de los coleccionistas estaban interesados en recuperar manuscritos griegos el bibliógrafo puso su atención en el papel impreso. Sus búsquedas no tan solo consistieron en libros, sino también en manuscritos, folletos y carteles de tabernas.
La Biblioteca Hernandina trató de albergar todos los libros posibles, en todos los idiomas y sobre todos los temas. Su proyecto prefigura los algoritmos de búsqueda del big data, Google Books o la Wikipedia, tan importantes en nuestra era.
Creó «el primer buscador del mundo», según comenta Wilson-Lee en un artículo de The Guardian. «De manera similar, estamos navegando y teniendo que tomar decisiones masivas a cerca de cómo organizamos la información», asegura el profesor de Cambridge.
De la biblioteca de Hernando Colón tan solo se conserva una cuarta parte
Hernando Colón quiso dar respuesta a todas las preguntas posibles y, para facilitar las búsquedas, contrató a un equipo de sumistas que se dedicó a filtrar los miles de volúmenes mediante resúmenes que quedaron recopilados en un Libro de Epitomes, dividido por materias. También inventó la estantería moderna y realizó un plano de la biblioteca utilizando 10.000 trozos de papel con símbolos jeroglíficos.
Tan solo se conserva una cuarta parte de la Biblioteca Hernandina, que Colón legó a su sobrino, quien al no sentir la misma pasión por los libros que su tío, los condenó al olvido durante cientos de años, en los que estuvieron encerrados en el ático de la Catedral de Sevilla.
Cinco siglos después, es precisamente un libro el responsable de haber revivido la importancia del legado de Hernando Colón, un visionario que creó el primer buscador de mundo, una herramienta que hoy en día forma parte de nuestra cotidianidad.
Noticia original de Business Insider España. Autor: Blanca Ballester