El acceso a internet de Elon Musk, «oportunidad» contra la censura
Starlink, el plan de Elon Musk para ofrecer internet desde el espacio, dificultaría (en teoría) la censura y los bloqueos gubernamentales
Aun no exento de luces y sombras, el plan de Elon Musk para ofrecer internet desde el espacio, Starlink, sigue adelante.
El objetivo es crear una constelación de decenas de miles de pequeños satélites para ofrecer conectividad a internet de alta velocidad, de banda ancha relativamente asequible, en casi cualquier lugar del mundo. Incluso en regiones que actualmente carecen de acceso a internet.
Un servicio como Starlink permitirá, en teoría, que cualquier persona pueda conectarse a internet sin depender de las conexiones convencionales por cable o fibra, susceptibles de verse afectadas, interrumpidas, censuradas o interceptadas en base a intereses políticos o comerciales, por ejemplo.
La balcanización de internet
Este fenómeno de fragmentar internet se conoce como la balcanización de internet porque supone crear divisiones y fronteras en internet en base a delimitaciones geográficas, políticas, culturales, o religiosas.
El Gran cortafuegos chino es el ejemplo más evidente, pero no el único.
«Starlink puede cambiar todo esto,» dice John Koetsier en Forbes, dado que cualquiera podrá acceder a Internet desde cualquier lugar.
«Los ciudadanos chinos podrán acceder a Google, los ciudadanos rusos podrán conocer detalles sobre los negocios de Putin incluso si Rusia bloquea las fuentes externas, y los manifestantes indios no se quedarán sin acceso a Internet.»
Esto, incluso, aunque los gobiernos ilegalicen los terminales compatibles con Starlink, que se convertirían en material de contrabando «igual que sucedió con las radios en Europa durante la invasión Nazi. Entonces una de las acciones aliadas de apoyo a la resistencia fue enviar radios para la recepción de comunicaciones y de noticias desde el exterior.»
Internet como arma represiva de los gobiernos
Irán ha sido uno de los últimos países es utilizar internet como arma represiva:el pasado mes de noviembre el gobierno bloqueó casi totalmente el acceso a internet como respuesta a las protestas por el encarecimiento de la gasolina.
Antes que Irán países como Pakistán, Vietnam, Siria o India también han ejercido o ejercen actualmente la censura y la interrupción del acceso a internet a escala nacional, utilizándola como instrumento para silenciar movimientos civiles o para controlar a la población, «una práctica que está creciendo de manera alarmante,» dicen en Techcrunch.
Rusia, por su parte, aprobó recientemente —y puso a prueba en teoría de forma efectiva y con «éxito»— su Ley de desconexión a internet, que en teoría permite al país aislarse en caso de ciberataque, pero que los opositores a Putin temen sirva como mecanismo para la censura.
Hoy mismo el máximo tribunal de la India ha declarado que el cierre indefinido de Internet en la región Cachemira es «injustificado», y que constituye un «abuso de poder» del primer ministro Modi. En 2019 India representó hasta el 80% del total de los cierres de Internet registrados en todo el mundo, según el informe The Global Cost of Internet Shutdowns.
Se calcula que el impacto del cierre en la económica india superó los 1.000 millones de euros en 2019. A pesar de eso y de que el cierre a internet en India «es el más prolongado ejercicio por una democracia» el fallo dictado hoy por el tribunal «no va a impedir que siga aplicándose,» según Techcrunch.
Si no es la solución puede ser una oportunidad
Koetsier no cree que los gobiernos tengan mucha capacidad de interferir las señales de los satélites, al menos no «de forma total y permanente», pero tampoco cree que de repente «todo se vuelva de color rosa.»
Una posible consecuencia, cree el columnista, es que se incrementará en internet la desinformación y las operaciones de bandera falsa —acciones gubernamentales que ocultan al responsable real para que parezca que son obra de otros gobiernos u organizaciones— pero también, dice, es «una oportunidad para que prevalezca la verdad.»