Cómo mejorar la seguridad y la privacidad en las videoconferencias
El coronavirus han hecho de las videoconferencias un recurso imprescindible. Estas siete recomendaciones refuerzan la seguridad y mejoran la experiencia
El confinamiento, el distanciamiento social y la adopción del teletrabajo como medida contra la propagación del coronavirus han convertido las videoconferencias y videollamadas en un recursos «imprescindible», con un incremento de su uso en todos los ámbitos —sociales, laborales y también educativos— utilizando diferentes apps y herramientas.
Este aumento en el uso de las aplicaciones de videoconferencia también ha dado lugar a nuevos fenómenos y amenazas para la privacidad y la seguridad de los usuarios, desde el zoombombing (‘colarse’ para molestar y hacer el cabra en videoconferencias ajenas) hasta casos de fishing o malware, pasando por filtraciones de credenciales de acceso, robos de archivos, documentos o conversaciones grabadas, entre otros ataques maliciosos.
Y aunque las plataformas y apps de videollamadas y videoconferencias «ofrecen muchos beneficios —dicen desde la compañía de software de seguridad Trend Micro— también plantean el reto de garantizar la seguridad de quienes las utilizan, y de sus datos.»
Con el fin de mejorar la seguridad y la privacidad de los usuarios que utilizan las videoconforencias y videollamadas como alternativa a los encuentros personales, la compañía de ciberseguridad ha publicado siete buenas prácticas que recomienda adoptar y tener en cuenta al organizar y paticipar en reuniones en remoto.
- Aunque muchas plataformas permiten organizar videoconferencias en «abierto» para simplificar el acceso de los participantes, siempre es preferible proteger las reuniones virtual con una contraseña, para evitar accesos de terceros e interrupciones. «Es imprescindible establecer una contraseña para cualquier reunión por videoconferencia.»
- No difundir públicamente la convocatoria por ejemplo a través de las redes sociales, para evitar accesos maliciosos o no autorizados. «Aunque sea por videoconferencia, las reuniones personales son precisamente eso, encuentros personales en espacios virtuales.»
- Aprender a utilizar el software para aprovechar sus funciones. Por ejemplo, las aplicaciones de videoconferencia suelen ofrecer «controles para el convocante» que permiten moderar la reunión gestionando o eliminando participantes o desactivar la función de compartir pantalla o documentos, evitando así la difusión de malware o material ofensivo.
- Utilizar las «salas de espera» que ofrecen muchas aplicaciones de videoconferencia y en las cuales se puede verificar a los convocados antes de darles acceso a la reunión. Esto permite controlar quién y cuándo se une a una reunión, y que da margen para comprobar quién intenta acceder antes de darle paso.
- Informar a los participantes si se graba la reunión —para revisarla después o poner a disposición de terceras personas que no hayan podido asistir— de modo que todos los asistentes estén informados.
- Deshabilitar la transferencia de archivos para minimizar el riesgo de que se envíen virus, archivos maliciosos (malware) o material ofensivo. Utilizar en su lugar el correo electrónico para enviar los archivos.
- Mantener actualizado el software o app utilizadas para hacer videoconferencias. Las versión más reciente probablemente no sólo añadirá nuevas funciones y características, sino que también corregirá errores o vulnerabilidades potencialmente peligrosas para los usuarios y a sus datos.
Desde Trend Micro recuerdan que aunque estas medidas «no son infalibles,» sí que suponen una mejora en la seguridad en las videollamadas y en la privacidad de los participantes, resultando en una mejor experiencia para estos encuentros remotos que «muy probablemente» serán habituales también «después de la vuelta a la normalidad.»