Los científicos también son estrellas en YouTube
Los vídeos de temas científicos cuentan con millones de seguidores. Pero sus realizadores todavía no pueden vivir de sus producciones en la red
No les hacen falta impartir consejos para la vida, ni poner en ridículo a las personas con cámaras ocultas. Apenas tienen idea de moda, y si hablan de videojuegos lo hacen de forma elíptica. Sin embargo, cada día tienen más seguidores en You Tube.
Son los youtubers de ciencia, que sin llegar a las cifras astronómicas de El Rubius (con 24 millones de seguidores) o German Garmendia (31 millones) cuentan con cientos de miles de seguidores que aprenden y se divierten con vídeos que explican la teoría de la relatividad, las leyes de la termodinámica o buscan la respuesta a preguntas como “¿qué pasa si entras en un agujero negro?”.
Entre los youtubers hispanoparlantes uno de los más populares es Aldo Bartra, creador del canal El Robot de Platón. Con más de 600.000 seguidores, este peruano radicado en Nueva Zelanda tiene un aire de friki de la ciencia que recuerda al Leonard Leakey Hofstadter de Big Bang Theory.
Pero no le hace falta ametrallar con datos incomprensibles como este personaje: con un estilo didáctico, Bartra cuenta con más de 180 videos enfocados, en su mayoría, en temas de física, tecnología y astronomía. Su mayor hit ha sido “¿Qué pasaría si la Tierra fuera del tamaño de Júpiter”?, con 2,8 millones de visitas, donde este comunicador social (no es científico, advierte) se basa en trucos tan sencillos como un haz de luz y una pelota de tenis para explicar el tránsito de un planeta por el sol.
Los youtubers de ciencia no pueden vivir de sus vídeos, pero reciben contribuciones de sus seguidores de la plataforma Patreon
Pese a que sus videos ya cuentan con 40 millones de visitas, y que sus producciones –asegura- se suelen utilizar en escuelas para explicar conceptos científicos, Bartra no vive de su canal de ciencia, sino que trabaja como productor de vídeos institucionales para empresas.
La ciencia se explica a ritmo de videoclip
Un video que no es dinámico en YouTube muere. O en todo caso, el público lo abandona a los pocos segundos. Una pieza puede durar más de diez minutos, pero debe cambiar de imagen cada dos o cinco segundos y tener un ritmo que sea activo sin llegar a lanzar un torrente incomprensible de conceptos.
Eso lo sabe Martí Montferrer, impulsor del canal de CdeCiencia, que está a punto de llegar a los 500.000 suscriptores. Con un estilo de edición más cuidado que El Robot de Platón, este catalán de Badalona se presenta con un fondo creado por ordenador, suele llevar invitados a su canal, y además de proponer respuestas a preguntas científicas o hasta filosóficas (como “¿Existe sólo una realidad”?), también ofrece bloques de noticias semanales de ciencia.
Estos youtubers demuestran que enseñar ciencia también puede ser divertido
Hace tres años que Montferrer impulsa su video blog, y este estudiante de geología transitó muchos meses en el desierto virtual sin superar las cien visitas. Pero la viralización de uno de sus vídeos titulado “¿Qué pasaría si usáramos el 100% de nuestro cerebro?” lo catapultó a las ligas mayores de los youtubers de ciencia: tras el 1,5 millones de visualizaciones ahora no baja de las 300.000 visitas por cada trabajo presentado.
Montferrer no puede vivir de sus vídeos, pero los aportes que le llegan por la plataforma de crowfunding Patreon alivian su economía. Como en el caso de Bartra (a quien ayuda su mujer), este joven de 22 años recibe una mano de su padre para producir sus piezas. ¿Y por qué se lanzó a producir videos científicos? “Sentía que había una ausencia de contenidos de ciencia en castellano, tanto en Internet como en los medios tradicionales”, dijo en el evento ‘Marketing y Divulgación científica en Youtube’, realizado hace pocas semanas en Barcelona y Terrassa.
El salto a los grandes medios
José Luis Crespo, en Quantum Fracture, cuenta con un estilo de edición todavía más cuidado y dinámico. Este estudiante de física de Castilla-La Mancha logra producir un vídeo por semana, y ha enseñado sus trabajos en Órbita Laika de TVE2 y en el portal web de TeleCinco.
El canal Vsauce1 supera los 1.000 millones de visualizaciones
Con más de 330.000 seguidores, Crespo se enfoca en temas de física, matemáticas y astronomía, y en menos de cinco minutos se anima a explicar las claves del número Pi o qué significa la ecuación E=mc2. Una gran palmada en la espalda de su trabajo fue cuando el divulgador Henry Reich puso un “me gusta” en un video y lo subió a su muro. A partir de esta “anomalía”, como la describe para usar un término científico, sus visitas se multiplicaron. “Lo que más me interesa es mostrar esa parte de la física que demuestra que el universo es una locura, que pasan cosas que no son normales en el mundo real”, dice.
En inglés, la ciencia es una auténtica reina
¿Y quién es Reich para lograr semejante repercusión? Es conocido como uno de los grandes divulgadores de ciencia del mundo, y su canal Minute Physics ya tiene 3,8 millones de seguidores. Sus vídeos se presentan como animaciones de dibujos y esquemas desarrolladas a velocidad rápida, y abarcan soluciones científicas a temas cotidianos (“¿Es mejor caminar o correr bajo la lluvia?”) o busca la respuesta a interrogantes que también se preguntan los científicos (“¿Qué es la materia oscura?”). Para aquellos que tengan pocas ganas de leer subtítulos, desde el 2013 también cuenta con una versión en castellano.
Pero el verdadero rey de los canales científicos es Vsauce1, producido y presentado por Micheal Stevens. Este educador no es científico, pero eso a sus casi 12 millones de seguidores no le preocupa. Gracias a sus dotes de comediante y monologuista, Stevens abarca temas científicos y otros algo excéntricos como “¿Cuál debería ser la longitud de un poema?”. Con un estilo desenfadado, lejos de su admirado Carl Sagan, se mueve y gesticula como si condujera un canal de videojuegos. Y la fórmula tiene éxito: sus visualizaciones superan los 1.000 millones de entradas, y ha lanzado su serie Mind Field para el servicio de pago YouTube Red, donde hay que abonar 2,32 euros para poder visualizar cada capítulo de 20 minutos.