Bolsas desechables sin plástico que se disuelven en el agua
Estas bolsas para comercio desarrolladas por una compañía chilena están libres de derivados del petróleo y de compuestos contaminantes
La solución contra la contaminación plástica que propone la empresa chilena Solubag pasa por modificar la fórmula con la que se fabrican las bolsas de plástico actualmente. «El material base tiene orígenes diferentes» dice Roberto Astete, director general de Solubag.
La diferencia está en una versión modificada de la fórmula química del acetato de polivinilo (PVA), un elemento similar a la cola adhesiva y que también sirve como base para chicle.
Los plásticos convencionales —como los utilizados en las bolsas de plástico actuales— que pueden tardar años e incluso siglos en desintegrarse de forma natural en un proceso que recientemente se ha descubierto es una fuente de emisión de gases de efecto invernadero, caso del CO2.
Una vez desechadas estas bolsas se desintegran rápidamente sin liberar elementos contaminantes
«Si el plástico hubiera existido cuando los peregrinos zarparon desde Inglaterra hacia América del Norte —y si el Mayflower hubiera transportado agua embotellada y bocadillos envueltos en plástico— todos sus desechos plásticos probablemente seguirían dando vueltas por ahí, cuatro siglos después», según National Geographic.
En cambio con la fórmula de Solubag —según la compañía— estas bolsas se disuelven fácil y rápidamente en agua fría y se desintegran rápidamente una vez desechadas sin liberar elementos contaminantes. Tanto es así que al parecer la solución resultante de su disolución se puede beber.
El desarrollo de Solubag viene a sumarse a otros similares que aplican diferentes fórmulas y materiales base como fibras vegetales de yuca y resina natural. Es el caso de las bolsas de no-plástico de Avani Eco Bags que incluso sirven como abono cuando ya no son necesarias, y que se desintegran al ponerlas en agua caliente.
En estos casos el problema suele estar en lograr que los costes de producción puedan competir con el plástico convencional ofreciendo a la vez la misma resistencia y utilidad.
El problema de las bolsas y de la basura plástica en los océanos
Desde hace años se buscan alternativas viables —funcional y económicamente— al uso de bolsas y de envases de plástico como forma de combatir la contaminación plástica, que actualmente supone un problema en el entorno, especialmente en ríos y océanos.
Tanto es así que al ritmo actual se calcula que en el año 2050 habrá más plástico que peces en los océanos. Según el World Economic Forum la producción de plástico creció desde los 15 millones de toneladas en 1964 a los más de 300 millones de toneladas en 2014. Desde el desarrollo del plásitco en los años de 1950 se han producido más de un millón de toneladas de plástico por persona viva
El pasado mes de mayo se encontró una bolsa de plástico en el fondo de las fosas Marianas, a casi 11.000 metros de profundidad
«Se calcula que actualmente hay unos 150 millones de toneladas de plástico en los océanos y que la producción de plástico en todo el mundo se duplicará en los próximos 20 años», dicen en Quartz, y «al ritmo actual para 2050 se superarán los 1000 millones de toneladas de plástico en los océanos.»
Recientemente, en mayo de este año, la agencia japonesa JAMSTEC alertó de que se había encontrado una bolsa de plástico en el fondo de las fosas Marianas, a una profundidad de casi 11.000 metros. Según la agencia japonesa Según el mismo estudio la “densidad plástica” del océano oscila entre 17 y 335 elementos por kilómetro cuadrado a profundidades de entre 1092 y 5977 metros. Incluso en zonas situadas a más de 1.000 km de tierra.