Objetos que contienen sus propias instrucciones de fabricación

El "ADN de las cosas" permite clonar cualquier objeto a partir de un fragmento de ese objeto utilizando un secuenciador de ADN y una impresora 3D

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El «ADN de las cosas» es un concepto interesante acuñado por un grupo de investigadores que ha logrado imprimir en 3D una figura inanimada que incorpora en su estructura las información —las instrucciones— de cómo construir ese objeto.

El resultado es algo parecido al ADN de los seres vivos; el recipiente que contiene las instrucciones genéticas que determina el desarrollo y el funcionamiento de los seres vivos; desde una fruta a un virus, pasando por un ser humano.

«Imagina que se te ha roto el parachoques del coche y hay que reemplazarlo,» dice Yaniv Erlich, director científico del servicio de genealogía basado en el ADN MyHeritage, y autor del artículo en declaraciones para IEEE Spectrum. «Si hay ADN en el parachoques dañado podría recuperar la información sobre cómo y con qué está fabricado e incluso imprimir la pieza yo mismo».

De la misma horma que sucede con los seres vivos, bastante una muestra o un fragmento de la pieza con ADN sintético para extraer la información y las instrucciones para volver a fabricarla; de modo que con solo un truco del parachoques roto se puede colgar una copia exactamente.

Clonar un objeto artificial que es exactamente igual que el original

El proceso de clonado es el mismo que en teoría se aplica al ADN de los seres vivos: un secuenciador de ADN permite extraer esas instrucciones del propio objetos, las que indicarán cómo reproducir una copia exacta de ese objeto.

Como resultado del experimento del instituto de ciencia y tecnología ETH Zürich los investigadores han impreso en 3D la figura de un conejo que contiene a escala molecular las instrucciones de fabricación:

«En la matriz de polímeros de la figura hay trillones de microesferas de vidrio microscópicas, cada una de las cuales contiene una docena de moléculas de ADN sintético. Codificado en este ADN está el plano digital del conejo en sí, las instrucciones que le dicen a la boquilla de una impresora 3D dónde moverse y cuándo inyectar polímero para hacer sus cuatro patas, dos orejas y su cola. En total, el conejo contiene 370 millones de copias del archivo de datos que describe su propia estructura.»

Los investigadores han acuñado el término «ADN de las cosas» para referirse a objetos artificiales o inanimados que contienen en sí mismos información de qué son y de cómo se fabrican, a cualquier nivel de complejidad; gracias a la alta densidad del ADN es posible almacenar grandes cantidades de información en muy poco espacio: En 2012 un grupo de investigadores logró almacenar 700 terabytes (unos 720.000 GB) en un gramo de ADN biológico.

Útil pero costoso (por ahora)

«Incorporar esta información directamente en los objetos sería algo realmente útil», dice Karin Strauss, científica principal de Microsoft, en declaraciones para Wired. «Los códigos QR pueden desaparecer. Los manuales de usuario desaparecen. Las URLs cambian. La información basada en ADN físicamente incorporada en un objeto podría ofrecer más permanencia.»

De momento, sin embargo, el experimento del ETH de Zúrich no deja de ser eso, un experimento: «Es factible, pero todavía no es práctica» —dicen en Wired— y no lo será hasta que los secuenciadores y sintetizadores de ADN sean más baratos y comunes: «Por el momento el método sigue siendo relativamente caro: convertir a ‘formato ADN’ un archivo de impresión en 3D simple cuesta unos 1.800 euros», dicen desde el ETH de Zúrich.

Según los investigadores, esta misma técnica hará posible almacenar grandes cantidades de información en objetos cotidianos como, por ejemplo, botones de camisa, botellas de agua o incluso en los cristales de una gafas, y recuperar esa información años después. «La técnica de utilizar el ADN como medio de almacenamiento también «permitirá a los usuarios ocultar información y almacenarla para generaciones posteriores.»

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp