A Facebook no le gusta contradecirnos
Un estudio explica cómo la red social apenas muestra a los usuarios noticias políticas que vayan en contra de su perfil ideológico
Al parecer, Facebook no es un buen lugar para poner en cuestión nuestras ideas políticas. Un estudio realizado por varios científicos de la compañía norteamericana –y publicado en la revista Science—demuestra que los usuarios reciben mayoritariamente noticias que no contradicen sus posiciones ideológicas. Por ejemplo, de todos los enlaces que ven las personas progresistas, apenas el 22% desafían su forma de pensar. Por su parte, sólo el 33% de las noticias que llegan a los que se consideran conservadores no corresponden con su ideología.
Hay que tener en cuenta que Facebook cuenta con un sesgo importante: un algoritmo filtra lo que se muestra en el muro de cada usuario según la información que tiene de éste (y, teóricamente, según lo que le resultaría de más interés). Sin embargo, la investigación que ahora se publica revela que este algoritmo no es el causante principal de esta burbuja ideológica. Sin este filtro, los progresistas hubiesen visto el 24% de noticias incómodas y los conservadores el 35%.
Amistades cercanas en lo ideológico
El estudio, que ha sido elaborado con los datos de 10 millones de usuarios de EEUU y sus interacciones con enlaces de noticias políticas, muestra que el principal responsable de este aislamiento es el propio usuario. Según el informe, si las personas activas en Facebook no escogieran a sus amistades como lo hacen, sino de forma aleatoria, verían entre el 45% (los progresistas) y el 40% (los conservadores) de contenido contrario a sus ideas.
Quizás este estudio no esté descubriendo la pólvora. Aunque sea más difícil de medir –Facebook y otras compañías recopilan una enorme información sobre el rastro que dejamos en la red–, también es habitual que nuestras amistades en el mundo offline tengan maneras de pensar similares a la nuestra. ¿Pero hasta qué punto?
Aunque este artículo científico tenga una serie de limitaciones (una única nacionalidad investigada y la autoría de la propia empresa involucrada) pone sobre la mesa cuestiones interesantes. ¿Estamos dispuestos a enfrentar nuestras ideas políticas con las del contrario? ¿O se vive demasiado cómodo escuchando sólo lo que cada uno quiere oír?