Trump quiere vetar el «sesgo» de Twitter, Google y Facebook
Donald Trump prepara una orden ejecutiva para castigar el "sesgo anticonservador" de plataformas digitales como Facebook, Twitter, Youtube y Google
A los republicanos estadounidenses les encanta decir que las plataformas digitales tienen un «sesgo anticonservador», olvidando la importancia de redes sociales como Facebook y Twitter en casos como el brexit o la elección de Donald Trump. Todo indica que estos lamentos no acabarán pronto, ya que la Casa Blanca está preparando una orden ejecutiva (la misma herramienta con la que castigó a Huawei) en aras de vetar el supuesto «sesgo» en internet, apuntando también a otros gigantes de Silicon Valley como Google y Youtube.
Tres fuentes del Gobierno estadounidense confirmaron a Politico la existencia de un borrador para la orden ejecutiva, sin ahondar en sus contenidos. Se sabe que el procedimiento está en una etapa temprana y que no se espera un anuncio oficial de la misma pronto, pero la iniciativa va de la mano con la postura de Trump respecto a las tecnológicas y su insistencia en que favorecen los discursos progresistas o inclinados hacia la izquierda sobre los conservadores o más propios de los políticos de derecha.
«Si el internet se va a presentarse como esta plataforma igualitaria y la mayor parte de Twitter son pozos de veneno liberales, entonces al menos el presidente quiere un poco de justicia en el sistema», dijo un oficial de la Casa Blanca que confirmó los planes de Trump. “Pero mira, también pensamos que las redes sociales juegan un papel vital. Tienen un papel vital y una responsabilidad cada vez mayor hacia la cultura que les ha ayudado a ser tan rentables y tan prominentes», añadió.
En una serie de tuits posteriormente eliminados esta semana, Trump amenazó con «observar muy de cerca a Google» tras acusar al gigante buscador de mostrar sesgos políticos en su contra. Lo hizo después de que un exempleado de la tecnológica afirmó que la empresa le cesó por su ideología política, aunque la firma defiende que le despidió por hacer un mal uso de equipos de la compañía y hay informes que aseguran que defendió a grupos supremacistas blancos en correos internos del grupo.
A inicio de mes, en una cumbre sobre redes sociales organizada por Trump y a la que no fue invitada ninguna de las principales plataformas digitales, el presidente estadounidense avanzó que su administración está explorando soluciones políticas al supuesto sesgo de los gigantes de internet.
Trump cree que Twitter, Google y Facebook van a por él
Trump no solo tiene una guerra contra la prensa liberal, sino que durante mucho tiempo se ha dedicado a levantar sospechas sobre las redes sociales, asumiendo que van a por él. Recode recuerda que el presidente y magnate frecuentemente se queja porque su base de seguidores de Twitter se reduce, ignorando que se trata de un esfuerzo de la plataforma para borrar cuentas falsas y problemáticas, que ha afectado a muchos otros usuarios famosos que vieron su número de seguidores bajar drásticamente.
El líder de la Casa Blanca también ha lamentado en el pasado que empresas como Twitter, Facebook o Youtube tomen acciones contra lo que en EE UU se conoce como «malos actores»; es decir, usuarios que inspiran odio y que comparten información falsa haciéndola pasar por verdadera, en un ejercicio para aupar teorías de conspiración. Personalidades conservadoras como Alex Jones y Milo Yiannopoulos han sido objetos de estas acciones, y Trump rápidamente ha acusado a las tecnológicas de cometer «sesgo», obviando que eran usuarios que no cumplían con las normas de las redes sociales.
Más recientemente, Trump acusó a Google y Twitter de tratar de «manipular las elecciones» de 2020, y se refirió a ello como «la mayor desgracia política de la historia». El multimillonario convertido en mandatario comentó que EE UU debería demandar a este tipo de compañías por su sesgo anticonservador y anti-Trump, esta vez porque vio un vídeo conservador en Youtube en el que un ejecutivo de Google presuntamente argumentó que no se puede romper el «big tech» porque las tecnológicas pequeñas no pueden ayudar a impedir su reelelección.