Tesla teme que no haya minerales para tanta batería
Tesla prevé que la demanda de ciertos metales se dispare no solo por la fabricación de coches eléctricos sino por el auge de sistemas como Amazon Alexa
El suministro de baterías es fundamental en el negocio de los coches eléctricos, por lo que Tesla debe involucrarse en cada aspecto de la producción si quiere fabricar masivamente. No en vano, la compañía del Model 3 ya tiene tres Gigafactories (en Shanghái, Nueva York y Nevada), involucrándose en el proceso tan temprano como el nivel minero.
El fabricante, fundado por Elon Musk, no suele ser muy reservado con muchos aspectos de su negocio, pero ha sido normalmente taciturno respecto de los minerales. Hasta ahora. Tesla rompió el silencio esta semana y finalmente encendió la alarma al augurar escasez de minerales para baterías de coches eléctricos, específicamente de los minerales que son de su interés.
La mayoría de los fabricantes automotrices volcados a los vehículos de propulsión eléctrica están preocupados por el cobalto, un mineral que no es muy explotado y que está vinculado a la explotación laboral en África y a un importe inestable. Pero la media de cobalto utilizada por Tesla es inferior a la del resto de la industria, siendo esta una de las estrategias de Musk.
Los minerales más comunes en las baterías de los coches Tesla son el níquel, el cobre, el cobalto y el litio. Si bien el cobalto, el níquel y el litio son minados con frecuencia, la apuesta por el cobre puede terminar siendo un calvario para la compañía.
Tesla vaticina una escasez de cobre
En una reunión a puerta cerrada con reguladores, legisladores y compañías mineras, la gerente mundial de suministro de metales para baterías de Tesla, Sarah Maryssael, dijo que la firma espera una escasez de minerales clave para coches eléctricos en un futuro cercano, informó Reuters citando fuentes presentes en la conferencia.
Maryssael dijo que Tesla seguirá enfocándose en el níquel para producir sus baterías, como dicta el plan de Musk para usar menos cobalto. Pero esto le hace dependiente del cobre, cuya industria está aquejada por una inversión insuficiente y ahora trabaja arduamente para desarrollar nuevas minas y extraer suministros ante el auge del coche eléctrico, según la agencia británica.
Los coches eléctricos usan el doble de cobre que de combustión, pero esto no es lo único que pone en jaque el mineral. El metal también se utiliza para fabricar sistemas de hogar inteligente como Alexa de Amazon o Nest de Google, un sector que –según datos de la consultora BSRIA– consumirá cerca de 1,5 millones de toneladas de cobre en 2030, frente a las 38.000 toneladas actuales.
El temor de Tesla es que esto irremediablemente lleve a la escasez. El portal especializado en coches eléctricos Electrek matizó que esta alerta es una «indicación del crecimiento en la industria que sucederá en los próximos años con tantos programas de coche eléctrico en proceso».