Esta empresa quiere que tengas tu propio platillo volante el año que viene
BlackFly es un vehículo de transporte personal aéreo de despegue y aterrizaje vertical con capacidad para un pasajero
El coche volador son una de las promesas más antiguas y la más incumplida de la industria tecnológica, en parte debido a que concentran todo tipo de desafíos, desde tecnológicos a legales.
Con todo la start-up Opener, ubicada en Silicon Valley aspira a cumplir al menos la mitad de la promesa, la que corresponde a «volador», con el vehículo aéreo BlackFly diseñado el transporte cotidiano personal que despega y aterriza en vertical — por lo que no necesita un aeropuerto ni una pista.
Y Opener quiere cumplir su promesa tan pronto como el año que viene.
El BlackFly dispone de sistemas de vuelo triplemente redundantes y opcionalmente puede incorporar un paracaídas
Aunque todavía no se conoce con certeza cuanto de «asequible» será el BlackFly la compañía asegura que su vehículo volador podrá utilizarse sin necesidad de disponer de una licencia de piloto. Sin embargo Opener exigirá a quienes vaya a utilizar el BlackFly que hagan el examen de piloto privado de la FAA y tomen clases prácticas.
Un ovni seguro
Desarrollado bajo la premisa «safety first» (la seguridad es lo primero) el diseño del BlackFly incorpora tres sistemas de vuelo redundantes, superficies de control y numerosos sensores encargado de vigilar el progreso de la aeronave con el propósito de ofrecer al usuario una nueva forma de volar con confianza y seguridad.
«Opener está relanzando el arte de volar ofreciendo un vehículo volador seguro y asequible que puede liberar a sus usuarios de las dificultades diarias del transporte terrestre», dice el CEO Marcus Leng en declaraciones a Forbes.
El BlackFly se ha sometido a pruebas estrictas —según informa la compañía fabricante— volando un total de 20.000 km a plena carga sometiendo el sistema de propulsión eléctrico a 40.000 ciclos de uso. Además de disponer de más motores de los necesario —por si alguno falla— el BlackFly puede planear sin propulsión y puede incorporar, opcionalmente, de un paracaídas.
La aeronave eléctrica ha recorrido más de 20.000 km en vuelos de prueba
Más allá de la ventaja que supone sobrevolar el tráfico terrestre la compañía asegura que e BlackFly es más eficiente energéticamente que los vehículos terrestre —incluso que los eléctricos— a la vez que funciona sin contaminar y con un nivel de ruido inferior.
La autonomía de vuelo es de media hora aproximadamente y el vehículo puede estar listo para volar en unos 30 minutos, en el caso de que se haya desmontado para guardarlo o transportarlo.
«Pasamos demasiado tiempo confinados a una red bidimensional de hormigón y asfalto. El sueño de los futurólogos siempre ha sido disponer de un vehículo volador que sea capaz de desplazarse con eficiencia del punto A hasta el punto B», dicen desde Opener.