Qué datos personales guardan los sitios porno (y cómo los utilizan)
De la misma forma que las redes sociales, la industria de la pornografía también analiza los datos de sus usuarios y los utiliza para definir sus contenidos
Nada es gratis en la vida, ni en internet. De la misma forma que las redes sociales aparentan ser servicios gratuitos para el usuario, la pornografía online envió a los anales de la memoria la factura otrora asociada al contenido erótico, pero con un coste garrafal en términos de privacidad. Cada vídeo porno reproducido en la web abastece de datos a sus proveedores.
Pornhub es la superpotencia de la pornografía en internet. No hablamos solo del sitio que lleva su nombre, sino de la red de webs porno que alberga, que agrupa otras grandes referencias como Youporn y Redtube. Este imperio digital es visitado por unas 125 millones de personas diariamente, de las que 100 millones acceden directamente a Pornhub.
La matriz de Pornhub se llama Mindgeek, y una visita a su web hace pensar en todo excepto en sexo. Mindgeek es, en realidad, una firma de análisis de datos que se beneficia de la información que obtiene de sus decenas de millones de visitas diarias para marcar el futuro de la industria pornográfica, de la misma forma que Netflix hace uso de los datos de sus usuarios.
La dirección IP, la ubicación, las «cookies», la hora y duración de la visita, y el tipo de software y hardware utilizado para acceder al sitio son algunos de los datos de páginas porno a los que tiene acceso Mindgeek, informó Quartz. También saben las búsquedas que hacen los «espectadores» y los vídeos que miran o a los que dan clic.
Datos del porno para satisfacer deseos
Netflix toma decisiones sobre las inversiones que hará para producir contenido después de poner la lupa sobre la información que recibe de sus usuarios. El futuro de una serie, un documental o una película original de la plataforma de «streaming» depende del comportamiento de los suscriptores, y algo similar sucede con la pornografía en internet.
Mindgeek asegura que es respetuosa de los datos de los usuarios y que no vende esta información a terceros (acusaciones que ya han recaído sobre Google y Facebook, por ejemplo), pero a la vez publica anualmente un ránking de la pornografía más popular del año según la ubicación y los datos demográficos de quienes visitan la red de sitios de Pornhub.
Por ejemplo, gracias al ránking de «lo mejor del año» según Mindgeek, sabemos que este año las personas dedicaron una media de 10 minutos a navegar Pornhub. Ante este dato, tiene poco sentido producir vídeos porno de más de 10 minutos si casi nadie los va a ver completos, así que las empresas optan por reducir el tiempo (y los costos) porque saben lo que los usuarios quieren.
Esencialmente, los sitios porno no están haciendo nada que las redes sociales o las tecnológicas no hagan también, pero los datos con los que operan son sustancialmente más sensibles y privados que los de Netflix, por ejemplo. Siendo una industria que ingresa 97.000 millones de dólares al año (11 veces más que Netflix), da la impresión de no estar suficientemente regulada.
Ahora, imaginad los límites que pueden cruzar las empresas de pornografía con los avances tecnológicos que vienen, de la mano de la inteligencia artificial y la realidad virtual. «Nuestros datos son utilizados por las compañías de porno para satisfacer nuestros deseos de una manera que otras industrias aún no dominan», dijo a Quartz la creadora del podcast Future of Sex, Bryony Cole.