Por qué ‘Sapiens’ es el libro que obsesiona a todos en Sillicon Valley
Sapiens: Una breve historia de la humanidad es "provocativo y plantea muchas preguntas sobre la historia de la humanidad," dice Bill Gates
Ahora mismo ya es todo un cliché en Silicon Valley: si hablas con cualquiera que trabaje en la industria tecnológica es muy probable que te acabe recomendado el libro de Sapiens: Una breve historia de la humanidad, escrito por el autor israelí Yuval Noah Harari.
Sapiens fue publicado por primera vez en 2014 —la primera edición en español también se lanzó aquel año— y desde entonces ha formado parte de las listas de lecturas recomendadas de titanes de la tecnología como Bill Gates o Mark Zuckerberg.
De hecho, en 2016, Bill Gates escribió que llegó al punto de pedirle a su mujer, Melinda Gates, que cogiera una copia para llevárselo de vacaciones.
«Es tan provocativo y plantea tantas preguntas sobre la historia de la humanidad que sabía que generaría grandes conversaciones en torno a la mesa», escribió Gates. «No me decepcionó».
En los años posteriores, sencillamente se ha vuelto más omnipresente, hasta el punto de llegar a la exageración. VC Starter Kit, una web satírica, vende un paquete de 500 dólares que incluye un chaleco acolchado, zapatillas deportivas de la empresa de San Francisco Allbirds, y un par de libros: Zero to One de Peter Thiel y, por supuesto, Sapiens.
A lo largo de los años he oído hablar tanto de Sapiens que a menudo he sentido recelos de leerlo. ¿De verdad? ¿Todo el mundo de Silicon Valley ama la misma inmersión antropológica de más de 400 páginas sobre la historia de la humanidad? Era difícil de entender.
Lo sé, lo sé. Llego años tarde a la fiesta. Pero aun así, tenía curiosidad. Y después de haberlo logrado, la fascinación de la industria tecnológica por el libro tiene mucho más sentido. Aquí están mis principales conclusiones de Sapiens: Una breve historia de la humanidad.
Humanos poderosos
Si hay una conclusión importante del libro, es que los humanos se convirtieron en la especie dominante que somos hoy debido a nuestra capacidad para crear mitos y contar historias.
Una vez nos vimos limitados por una supuesta ley de la naturaleza que hace casi imposible organizar un grupo de más de 150 personas, un límite conocido por los antropólogos como el número de Dunbar. Por encima de ese número, según la teoría, los humanos tienen dificultades para establecer relaciones cercanas y confiar en los demás.
Pero si creamos mitos y contamos historias, podemos establecer conexiones con personas fuera de nuestro grupo central porque compartimos un interés o conocimiento en algo, y así se puede establecer confianza.
‘Sapiens. De animales a dioses: Breve historia de la humanidad’, 18,99€
Ningún otro animal puede unirse en grupos de millones porque ningún otro animal puede contar historias.
Así se construyeron los estados-naciones y se formaron las religiones del mundo, según Harari. También es la razón por la cual las personas creen en las economías y en un sistema de papel moneda.
Contamos historias, valoramos las cosas y luchamos (a menudo literalmente) para mantener vivas esas tradiciones.
Esa misma superpotencia narrativa que permitió la creación de religiones y sistemas económicos, también ayudó a las empresas, tal como las conocemos hoy, a formar operaciones masivas y duraderas.
Si de repente todos los empleados de Peugeot mueren y todos los vehículos desaparecieran de las calles, la compañía seguiría existiendo, postula Harari. Esto se debe a que la empresa no es simplemente su gente o su producto, la idea de Peugeot como negocio ha sido acordada colectivamente por la sociedad.
Comparativa con la revolución industrial
¿Cómo podemos pensar en los humanos primitivos como «abraza árboles» si estaban matando animales de caza mayor y causando extinciones masivas como la del Dodo? Y la religión puede ser solo otro método que usan los humanos para organizar la sociedad, similar a la política o la economía, argumenta.
Pero quizás el punto más contradictorio planteado por Sapiens es que la Revolución Agrícola pudo haber sido una mala idea.
La agricultura aumentó la cantidad de alimentos disponibles, aumentó la población humana y permitió que las personas se especializaran en una amplia variedad de oficios. Pero, argumenta, es cuestionable si realmente valió la pena o no.
El libro se pregunta: ¿eran los humanos primitivos realmente más felices que nosotros?
Tener excedentes de alimentos nos permitió crear la política, el arte o la filosofía, pero también condujo a la guerra y al sistema de clases en expansión. Además, los campesinos que trabajaban antes de nuestra era moderna se enfrentaron a más horas y más exposición a la enfermedad que nuestros primeros descendientes cazadores-recolectores.
Harari argumenta que la especie humana podría haber estado mejor como recolectores antes de que la agricultura lo cambiara todo.
Cuestión de expectativas
Los 200.000 años de historia de la humanidad de Harai se reducen a la cuestión principal de si nuestra progresión como especie nos ha hecho más felices después de todo.
De vuelta al ejemplo de cazadores-recolectores: los recolectores trabajaban menos horas y vivían en un menor grado de aislamiento, pasando más tiempo con amigos cercanos y familiares.
Entonces, ¿eran los humanos primitivos realmente más felices que nosotros? Harari piensa que solo porque las capacidades humanas hayan aumentado, no necesariamente deberíamos ser más felices como especie.