Los gazapos de Google Translator pasarán a la historia
Google implementa la ‘traducción neuronal’, que reinterpreta el significado de una frase más que de las palabras y aprende de los errores
La frase en una piscina pública ha recorrido el mundo. El cartel que en inglés decía “Please turn off showers when you are done” (“Por favor, cierre la ducha cuando haya finalizado”) había sido traducido como “Por favor vuelta lejos chaparrones cuando usted es hecho». Por no hablar del menú en un restaurante que decía “Vino en botella”. Se presentaba como “He/she came in bottle”.
Es el clásico error que cometía Google Translate en sus inicios, cuando traducía palabra por palabra sin un sentido semántico y gramatical. Por supuesto, los restaurantes que querían ahorrarse unos euros en un traductor o la empresa que pretendía lanzar un manual de instrucciones usando sólo esta herramienta presentaba resultados entre absurdos y surrealistas.
Con un banco de 103 lenguas disponibles y un volumen de 140.000 millones de palabras traducidas cada día, el gigante de Mountain View no podía seguir haciendo el ridículo. Por ello, ha desarrollado su sistema Google Neural Machine Translation (GNMT), más conocido como ‘traducción neuronal’.
Google Translate desarrolla el sistema «traducción neuronal» para dejar de hacer el ridículo con las traducciones
El principio de este sistema es aplicar los criterios de la inteligencia artificial en la traducción, basado en el método del aprendizaje. Para ello, es inestimable la colaboración de los 500 millones de personas que cada día usan la herramienta, donde se pueden realizar sugerencias o advertir de errores. Esto es aprendido por los nuevos algoritmos desarrollados por Google y el margen de error va disminuyendo día a día.
La otra clave se encuentra en realizar la traducción de toda la frase, y no de las palabras de manera aislada. Así, los robots pueden ‘comprender’ el significado global de la expresión y buscar los términos más adecuados para la traducción. Pero el gran salto del sistema GMNT es que puede realizar transferencias de conocimientos de una lengua a otra, usando una lengua madre como puente.
Por ejemplo, el amplio desarrollo de traducciones del inglés sirve de nexo entre dos lenguas que tienen pocos cruces entre sí, como el malayo y el castellano. O sea, el sistema interpreta el sentido del malayo en inglés, y desde esta lengua entrega una traducción en castellano mucho más acertada que la de años atrás.
La solución a los patinazos con el castellano
Es el mismo principio que un humano: una vez que un niño puede aprender un idioma, le resulta más fácil sumergirse en una segunda lengua. Y el salto al tercer idioma le será más sencillo todavía. Esta red neuronal se aplica a los ocho grandes idiomas que imperan en Internet: inglés, francés, castellano, japonés, chino, turco, portugués y alemán, que cubre al 35% del uso mundial de esta aplicación. Y esta semana se sumaron tres nuevos idiomas a la familia: hindi, ruso y vietnamita.
Pero por más que Google informe que el español forma parte de estas lenguas más desarrolladas, todavía se registran importantes fallos en el sentido. En todo caso, los usuarios que quieran traducir idiomas que no sean el inglés, tienen que hacer una triangulación a través de la lengua de Shakespeare: por ejemplo, realizar la traducción del alemán al inglés, copiar y pegar el texto en esta lengua y pedir su traducción al castellano. Es burocrático y tedioso, pero se logra una mejora en la calidad del texto.