Las webs de pelĂculas legales se disparan tras el cierre de Megaupload
'Websites' dedicados a la venta por suscripción de contenidos audiovisuales ven aumentar el interés por sus servicios
«Este fin de semana ha sido el mejor en la historia de Filmin, multiplicando por cuatro las entradas normales a nuestra web», asegura Jaume Ripoll, el director editorial y socio fundador de esta empresa radicada en Barcelona que lleva cuatro años tratando de abrirse camino en el mercado de ‘video bajo demanda’. Para Ripoll, «está habiendo mucho ruido con las alternativas legales a Megavideo y nosotros hemos sabido aprovecharlo ofreciendo una oferta de dos meses por el precio de uno que la gente está apreciando».
También en Youzee, un proyecto similar en este caso mucho más reciente (aún se encuentra en versión beta o de pruebas) se han visto afectados para bien por el caso Megavideo. Su directora de comunicación, Manuela Bailo, aseguran que el fin de semana posterior a la intervención han tenido «el doble de visitas en la web de lo que es habitual, y mucha gente se ha dado cuenta de que el video bajo demanda no es el futuro sino que ya es el presente».
Un nuevo modelo
Desde ambos proyectos se ve con buenos ojos que se haya empezado a tomar medidas para controlar lo que hasta hace poco era barra libre en la difusión de contenidos bajo derechos de autor. Ripoll cree que «el camino es éste, es necesario un punto de protección y que no haya personas que se lucren por contratos que no hayan pagado. Es necesario que con Internet haya un modelo que dé dinero».
Además, asegura Ripoll, «el hecho de que otras webs hayan retirado el contenido que tenían demuestra que sabían que era ilegal y no tenían autorización. Su doble moral ha quedado en evidencia». Para el especialista en cine, «siempre habrá la posibilidad de acceder a un contenido sin pagar, pero el nivel de piratería en estos momentos ponía en peligro la continuidad del negocio de producción de películas».
Tanto Filmin como Youzee no dan todavía datos de resultados y aseguran estar aún en una fase de inversión. Pero calculan que los próximos años serán de gran importancia para definir si este nuevo modelo resulta finalmente exitoso.
Spotify o Netflix
El ejemplo de Spotify, de acuerdos con las multinacionales y «las Sgae de todo el mundo», marca el camino para ellos. En el caso del reproductor sueco de música tampoco se hacen públicos sus resultados económicos, aunque desde dentro de la compañía se asegura que son alentadores.
En cuanto a los productos audiovisuales, el gran ejemplo es Netflix, que inició su andadura en 1997 como distribuidora de CD y DVD pero que en 2011 la mayoría de su negocio ya es digital, con más de 23 millones de suscripciones de pago y sus ingresos se estiman en más de 1.000 millones de dólares. Tal es su éxito que la empresa ha iniciado este mismo mes su expansión en Reino Unido e Irlanda, y negocia para entrar en otros mercados europeos como España. Sus tarifas serán de unos 7 euros al mes a cambio del acceso a películas que estarán disponibles, en todo caso, con varios meses de retraso respecto a su estreno en las salas de cine.