La UE hará obligatorias tecnologías que los conductores no entienden
El registro de datos o el limitador de velocidad serán obligatorios en vehículos nuevos, pero muchos conductores no conocen los automatismos de sus coches
Según un acuerdo inicial entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos todos los vehículos que se comercialicen en 2022 deberán incorporar de forma obligatoria tecnologías de seguridad vial ya existentes que actualmente en la mayoría de los casos se ofrecen de forma opcional.
El objetivo del acuerdo es reducir el número de accidentes y de víctimas que se producen cada año en las carreteras europeas; «el 90% de los cuales se deben a errores humanos», según la Comisión Europea.
Entre las tecnologías que los coches, furgonetas, camiones y autobuses y autocares deberán incorporar de forma obligatoria se cuentan la frenada automática de emergencia, los sensores y cámaras de marcha atrás, la alerta por cambio involuntario de carril, una «caja negra» que registre datos en caso de accidente y un «asistente inteligente de velocidad» que «impida a los conductores superar los límites de velocidad», según lo describe EU Observer.
Esta propuesta da el pistoletazo de salida a la colaboración cotidiana entre humanos y automatismos avanzados
El acuerdo político todavía deberá ser formalmente aprobado tanto por el Parlamento como por el Consejo europeo. La lista completa de tecnologías de seguridad vial se puede consultar en el documento «New safety features in your car» de la Comisión Europea.
Más allá de la seguridad vial, esta propuesta de incorporar obligatoriamente automatismos a los vehículos tiene otra implicación: marcará formalmente el inicio de la colaboración entre humanos y automatismos avanzados con el fin de completar una tarea cotidiana.
El problema es que los conductores no entienden los automatismos de sus coches
«La tecnología de conducción asistida está convirtiendo los coches en máquinas automatizadas muy avanzadas, las primeras de su tipo que llegan a las manos de muchas personas», dicen en Axios. «Es un anticipo de cómo será la futura colaboración entre humanos y robots en otros entornos.»
Sin embargo actualmente la experiencia de trabajo colaborativo entre humanos y máquinas —en el que ambas partes interactúan en tiempo real y participan simultáneamente— es mínima e incluso inexistente para la mayoría de las personas.
Por este motivo «aún no hemos desarrollado el sentido de la automatización,» dicen los investigadores Stephen Casner y Edwin Hutchins. «La cuestión es cómo afrontarán los conductores esta transición desde la conducción estrictamente manual a una tarea de conducción compartida con automatismos.»
Uno de los ejemplos más citados —y experimentados por un mayor número de conductores— tiene que ver con lo que se conoce como sistema de alerta de cambio involuntario de carril.
«No será suficiente con añadir más páginas al manual de uso de los vehículos»
Esta tecnología relativamente común en los coches actuales corrige la dirección cuando detecta que el conductor está próximo a salirse del carril por el que circula, o cuando pretende realizar una maniobra de cambio de carril sin indicarlo con antelación. En general la intervención del asistente suele sorprender y en cierto modo desagradar a los conductores que sienten cómo la dirección hacer algo «extraño» súbitamente.
De modo que según los investigadores para que las tecnologías de seguridad vial sean efectivas «no será suficiente con añadir en los manuales de uso del vehículo más páginas que describan los botones que hay que pulsar para operar estos sistemas junto con una lista detallada de las situaciones en las que los sistemas pueden no funcionar según lo previsto.»
Conducir será más parecido a volar un avión comercial
La similitud con la evolución tecnológica de los aviones resulta inevitable: «Hace diez años volar un avión comercial y conducir un coche no tenían ninguna relación entre sí. Hoy en cambio al hojear un manual sobre la automatización de la cabina de una aeronave encontramos pocos conceptos que no querríamos trasladar también a los conductores.»
La automatización de los aviones comerciales ha contribuido de forma determinante a que actualmente «los accidentes aéreos se encuentran en un punto históricamente bajo».
Pero para llegar hasta aquí primero las partes implicadas han pasado por el desconcierto implícito a introducir una automatización sofisticada, y después se ha hecho un esfuerzo «hasta que ambas partes han llegado a comprender las fortalezas y limitaciones de cada una. ¿Puede repetirse la historia con la automatización de los automóviles?»