La sociedad china se muda a internet por el coronavirus
Los equivalentes digitales de juicios, operaciones inmobiliarias, clases y reuniones de empresa ganan terreno ante el brote del coronavirus chino
La ciudadanía china aprovecha el brote del coronavirus para ensayar la civilización digital. Con más de 60 millones de personas en cuarentena, la existencia online gana terreno en el país, que ya registra más de 2.000 muertos por la enfermedad surgida en la ciudad de Wuhan. En China los juicios, las operaciones inmobiliarias, las clases y las reuniones de empresa se celebran ahora en internet, razón por la que el uso de datos móviles se ha disparado.
El alto tribunal de Shanghái ha incrementado en un 63% los juicios digitales en las primeras semanas del año –en comparación con el mismo periodo de 2019–, coincidiendo con la alerta por el coronavirus. Esto implica que muchos participantes tienen primero que aprender a utilizar el sistema vía telemática, lo que ha causado una carga de trabajo adicional para el personal judicial. En otras provincias del país también ha sucedido, pero en menor medida.
El tribunal shanghaiano no solo ha estado gestionando la mayoría de sus casos por la vía online, sino que también está encargando de los pagos del personal, los contactos con jueces, las subidas de potencial material de evidencia y otros servicios de litigio, informó Abacus. Y, por supuesto, los juicios remotos se están realizando a través de enlaces de vídeo privados. Quien creyera que el coronavirus le salvaría de un proceso judicial se ha equivocado.
Venta online de casas
Los juicios digitales se suman a las clases de escuela y las reuniones de empresa virutales. La plataforma de videoconferencias Zoom ha disparado sus cifras de tráfico en las últimas semanas, toda vez que las empresas están llevando a ese estadio los encuentros de sus trabajadores. Y el «Youtube chino», Youku, se ha convertido en el salón de clases de muchos estudiantes chinos inscritos en escuelas que permanecen cerradas por el coronavirus.
Pero también el mercado está encontrando nuevas formas de seguir funcionando mientras dure la cuarentena. Por ejemplo, el sector inmobiliario. Que haya decenas de miles de casos confirmados de coronavirus en China no implica que no haya ciudadanos con ganas de comprar casas o propiedades. El problema es que no pueden ir personalmente a entrevistarse con un agente inmobiliario, ni cerrar operaciones de forma presencial, pero sí virutal.
En una rueda de prensa celebrada en línea –por supuesto–, la firma de bienes raíces Evergrande informó de que, en tres días, vendió 47.500 casas en su web y app por valor de 7.800 millones de euros. La aplicación de la empresa permite que los interesados contacten directamente con los propietarios, así como que puedan conocer las casas mediante tours de realidad virtual. Evergrande dice que la app tiene más de 10 millones de usuarios.
Su caso no es aislado: otros gigantes chinos del real estate han celebrado picos de popularidad de sus servicios digitales y algunos incluso están organizando streamings en vivo para presentar proyectos inmobiliarios como si el coronavirus no existiera.
Datos móviles al límite
El uso de plataformas digitales en China normalmente es elevado, pero el brote de coronavirus lo ha disparado, y con ello ha llevado las cifras de datos móviles a un nuevo récord. Concretamente, el fin de semana del Año Nuevo Chino (25 de enero, cuando empezó a incrementar la preocupación por la epidemia) se constató una subida del 36% en el tráfico de internet en China, toda vez que los ciudadanos están consumiendo más entretenimiento y videojuegos en línea.
El problema es que las operadoras están encontrando cada vez más dificultades para hacer frente al tráfico masivo adicional. Y los servidores de muchas de las plataformas más populares en el país están experimentando caídas cada vez más periódicas. Los 845 millones de usuarios de internet en China, antes del coronavirus, ya pasaban una media de cuatro horas diarias conectados. Ahora, con la vida volcada al mundo virtual, cuando menos han duplicado la media.