La realidad virtual, más atractiva que nunca
Según los expertos la realidad virtual incrementa el sentimiento de encuentro y la interactividad en reuniones y relaciones sociales a distancia
La realidad virtual puede ser una de las tecnologías que salgan reforzadas de la pandemia global causada por el coronavirus. Diversos expertos coinciden en señalar que la realidad virtual puede incrementar su atractivo por su capacidad para proporcionar experiencias inmersivas y generar lugares de encuentro «cara a cara» respetando a la vez las normas de distanciamiento social que probablemente se mantendrán en mayor o menor medida a lo largo de los próximos meses e incluso, de forma recurrente, de los próximos años.
También coinciden en señalar que de aquí en adelante es posible que cada vez más los encuentros virtuales sustituyan al menos una parte de los encuentros físicos para reducir aglomeraciones, desplazamientos y viajes, favoreciendo también la lucha contra el cambio climático.
Aplicada a la educación y al teletrabajo, la realidad virtual puede suponer cambios que favorezcan la distribución demográfica y aliviar la congestión de las ciudades y dificultar la propagación de futuras epidemias.
Reuniones virtuales: entre la videoconferencia y la reunión presencial
Con el cierre de las empresas y de los espacios públicos, en las últimas semanas muchas personas se han visto obligadas a realizar sus reuniones, encuentros e incluso conferencias y cursos a través de videoconferencias. «Pero las videoconferencias tradicionales no son tan efectivas como las reuniones presenciales,» dice a Economía Digital Giovanni Cetto, CEO de Two Reality, agencia especializada en la creación de experiencias de realidad aumentada y realidad virtual.
Desde el inicio de la crisis sanitaria Giovanni ha recibido consultas sobre servicios relacionados con reuniones y eventos en realidad virtual. Su compañía ofrece soluciones que alcanzan también aulas de formación virtuales y para presentación de productos, «soluciones para crear entornos de teletrabajo interactivos y colaborativos que permiten mantener la actividad de la empresa minimizando los riesgos sanitarios para los empleados.»
«En las videoconferencias por Skype o Google Hangouts no se comparte un espacio común, por lo que la comunicación no verbal es casi inexistente,» explica. Esto hace que resulten más distantes y menos efectivas que las reuniones presenciales, algo miles de personas han podido comprobar de primera mano en las última semanas.
Encuentros cara a cara (de avatares, eso sí)
Algo parecido sucede con las reuniones y conferencias en realidad virtual en los que la presencia física se sustituye por un avatar o versión virtual de cada participante a menudo recreado en 3D y que puede moverse con total libertada en un entorno virtual, lo que permite «altos niveles de interacción, comunicación no verbal y capacidad de inmersión,» explica Giovanni.
De este modo las versiones virtuales o digitales —los avatares de todos los participantes— se encuentran en un espacio común donde «todos ellos puede interactuar, mirarse, gesticular y percibir mejor el lenguaje no verbal de los demás,» añade.
Fotografía: Jeshoots.com
Javier Escorihuela, CEO de Isostopy, coincide también en señalar que la principal diferencia entre una videollamada y un encuentro virtual está en lo que entendemos como «presencia». Aun en la distancia, la realidad virtual sí tiene la capacidad de convertir un encuentro remoto en presencial porque «crea en los participantes la sensación de encontrarse en un lugar común con otras personas.»
«Los entornos virtuales permiten recrear la conexión que se da en el cara a cara con otra persona y que no se produce del mismo modo en una videoconferencia», explica Javier a Economía Digital.
Javier conoce bien la tecnología que se aplica actualmente en los desarrollos de realidad virtual, aumentada y mixta. Su estudio, Isostopy, desarrolla proyectos inmersivos e hiperrealistas. Y aunque reconoce que todavía hay mucho margen de mejora para producir avatares y entornos virtuales también cree que la sensación de conexión que produce entre los participantes juega de forma determinante a favor de las reuniones virtuales.
Microsoft descarta los eventos presenciales en un año
Ayer Microsoft avisaba de que, para los próximos 12 meses, todos sus encuentros tanto públicos como privados se realizarán únicamente de forma digital, en el formato que sea más adecuada para cada caso.
«Los desafíos que supone el Covid-19 nos obligan a ajustar nuestro calendario y aprovechar para experimentar con nuevas plataformas para producir experiencias de primera mano en el ámbito digital,» explican desde la compañía.
¿Tendrán cabida la realidad virtual y la realidad aumentada en su estrategia? Seguramente sí, antes o después. Por ejemplo, en lo que a presentación de productos se refiere, la realidad aumentada tiene como ventaja que hace innecesario desplazarse y mover los productos —ni si quiera disponer de ellos— explica Giovanni, y sin embargo todo el mundo puede ver y explorar el producto en todas sus dimensiones y en detalle, desde cualquier lugar del mundo.
El confinamiento incrementa la demanda de realidad virtual
Entre los obstáculos que todavía tiene que salvar esta tecnología es que todavía poca gente dispone en su casa de gafas de realidad virtual, y esto no es algo que parezca vaya a cambiar de la noche a la mañana.
Fotografía: Billetto Editorial
Menos aun cuando todavía miles de fábricas siguen cerradas debido a la pandemia, y a pesar de que precisamente la pandemia está incrementando el interés y la demanda por estos dispositivos: «hay un número cada vez mayor de consumidores y trabajadores que están en casa y buscan en las soluciones de realidad aumentada y realidad virtual formas de trabajar de forma colaborativa y también de entretenerse,» dicen desde IDC.
Y aunque según IDC la producción de gafas de realidad virtual y de realidad aumentada están sufriendo la pandemia la firma de análisis de mercado core que en la segunda mitad del año se producir un «rebote» que incrementará en 2020 la distribución de gafas en casi un 24% con respecto a 2019, hasta algo más de 7 millones de unidades. «El crecimiento a largo plazo será fuerte y alcanzará los 72 millones de unidades en 2024,» dicen desde IDC.
Diferente es para la empresas que ya antes de la crisis del Covid-19 tenían desarrollados entornos de realidad virtual. «Esas empresas están utilizando estas soluciones con normalidad», dice Javier, que ha detectado cierto interés en ese sentido: «las empresas que están empleando ya la realidad virtual en sus reuniones están apreciando sus ventajas y eso es algo que van a ir comunicando y compartiendo con otras compañías. Esto hará que estas soluciones cada vez se extiendan más a todo tipo de sectores y, en ese sentido, el tiempo y la mejora de la tecnología juegan a su favor,» explica.