La inteligencia artificial llega a los juguetes sexuales
El emprendedor Brian Sloan ha desarrollado Autoblow, un accesorio sexual que emplea la inteligencia artificial para realizar sexo oral
La era de la robótica se va instalando poco a poco en nuestras vidas. La automatización no es solo un proceso industrial, sino que su aterrizaje cambiará todas nuestras rutinas. Incluido el sexo. De hecho, según un estudio de Yougov, sin haberse implantado la técnica, el 9% de los hombres ya tendrían sexo con un robot.
Con ese motivo, el emprendedor estadounidense Brian Sloan ha desarrollado Autoblow, el primer accesorio sexual que emplea la inteligencia artificial para realizar felaciones.
Autoblow dispone de hasta 16 técnicas distintas de felación
El juguete sexual consiste en una boca artificial fijada a un aparato que puede usarse con una mano y que puede alternar hasta 16 movimientos gracias al uso de inteligencia artificial.
De hecho la máquina, que consta de una funda de goma y un sistema mecánico alojado en un recipiente, emplea sus diferentes partes para alcanzar las 250 posiciones distintas, a lo que hay que añadir diferentes ritmos y velocidades.
El diseño de Autoblow I.A.
Para desarrollar este dispositivo, que ha recibido una inversión de 44.000 euros para su desarrollo comercial, Sloan estudió hasta 6.000 horas de pornografía, poniendo especial interés en las escenas de felaciones, para que, durante el uso de Autoblow, la sensación sea idéntica que la humana.
Para dotar del máximo realismo posible Sloan reclutó científicos especializados y entre todos publicaron un manifiesto llamado Blowjob Paper, una serie de cálculos, tablas y gráficos sobre los movimientos obtenidos de los vídeos de sexo oral y los tradujeron a los movimientos disponibles en Autoblow I.A.
El dispositivo emula casi a la perfección los gestos de cabeza, boca y lengua que se emplean en el sexo oral
Una vez extraídos los datos el emprendedor estadounidense encargó a una compañía especializada en machine learning el desarrollo de la inteligencia artificial en el juguete.
Durante el diseño los científicos emplearon una curiosa interfaz en la que utilizaron una cabeza del hombre (representación) al que bautizaron como ‘el hombre deslizante’, que contaba con un elemento visual en forma de pene alargado cuyas marcas de calor servían para ajustar el algoritmo.
De hecho, la mezcla entre tecnología e inteligencia artificial permite al dispositivo imitar casi perfectamente los gestos de cabeza, boca y lengua que se emplean en la práctica del sexo oral.