Infiltrados de Silicon Valley: «El diseño de Facebook es como la cocaína»
Un documental de la BBC sobre la ingeniería de las redes sociales compara el diseño adictivo de Facebook, Twitter, Instagram y Snapchat con la cocaína
«Es como que te dieran cocaína conductual y la rociaran por toda la interfaz, y eso es lo que te mantiene con ganas de volver y volver». Así sintetiza la arquitectura psicológica de las redes sociales Aza Raskin, ex trabajador de Mozilla y Jawbone y uno de los infiltrados de Silicon Valley consultados por la BBC en un nuevo documental.
El programa de investigación de la BBC, Panorama, se sumergió en la capital de la tecnología para descubrir los andamios que sostienen el mayor sistema de comunicación e interacción social de la historia: el universo paralelo de Facebook, Twitter, Instagram y Snapchat.
Después de conversar con varios trabajadores y ex trabajadores de distintas tecnológicas estadounidenses, los reporteros reforzaron una tesis que ha sido cada vez más evidente. Las redes sociales están diseñadas deliberadamente para ser adictivas, sugieren.
Adicción y redes sociales: un plan deliberado
«Detrás de cada pantalla de su teléfono en general hay como un millar de ingenieros que han trabajado para tratar de hacerla extremadamente adictiva», agregó Raskin, el diseñador del scroll infinito, una de las herramientas esenciales de cualquier web social en la actualidad.
De la misma manera que el scroll infinito permite a los usuarios de las redes sociales navegar sin que se acabe el contenido, estas compañías han desarrollado cientos de herramientas que tienen el propósito exclusivo de que los usuarios pasen tantas horas como sea posible en estas apps.
«Con el fin de obtener la próxima ronda de financiación, para subir el precio de las acciones, la cantidad de tiempo que las personas gastan en una aplicación tiene que subir. Y cuando ejerces mucha presión sobre ese único número, tienes que inventar nuevas formas de lograr que la gente siga enganchada», comentó Raskin.
Dejar Facebook es «literalmente como dejar de fumar cigarrillos»
Ex trabajadores de Facebook consultados para el documental se suscribieron a la tesis. Leah Pearlman fue una de las inventoras del botón de «like» o «me gusta», hoy convertido en un estándar de la industria. La desarrolladora ya no trabaja en Facebook, y desde entonces ha intentado utilizar la red social lo menos posible desde su salida.
Pearlman es consciente de que la herramienta que ayudó a inventar se ha convertido en una moneda de validación en la esfera digital. «De repente pensé que también soy un poco adicta a la retroalimentación», dijo.
«Me sentía como si hubiera dejado de fumar», dijo Sandy Parakilas, otro ex trabajador de Facebook que intentó dejar la red social después de salir de la empresa en 2012.
Las redes sociales venden a los anunciantes los hábitos de atención de sus usuarios
«Era consciente de que el producto creaba hábito y era adictivo», dijo. «Es un modelo de negocio diseñado para comprometerte y conseguir que básicamente le dediques tanto tiempo de tu vida como sea posible para luego vender esa atención a los anunciantes».
Facebook se defiende
Facebook respondió a la BBC que su intención es conectar a las personas, no crear adictos a su plataforma. La empresa ya ha reconocido que juega un papel negativo en la salud mental, hasta el punto de que actualmente trabaja en una herramienta para que los usuarios gestionen el tiempo que dedican a la red social.
Tampoco es la primera vez que un ex empleado de Mark Zuckerberg critica la arquitectura del sitio. «Los ciclos de retroalimentación a corto plazo que hemos creado, impulsados por la dopamina, están destruyendo la forma en la que funciona la sociedad», lamentó en 2017 el exvicepresidente de crecimiento de Facebook, Chamath Palihapitiya.