Google carga contra los bloqueadores de anuncios de Chrome
Los desarrolladores de los bloqueadores de publicidad denuncian que la nueva interfaz de Chrome que promueve Google les dejará inactivos
Algunos estudios calculan en unos 10.000 millones de euros las pérdidas anuales en ingresos de publicidad digital que los medios online percibirían por culpa de los bloqueadores de anuncios. Otros estudios hablan de hasta 25.000 millones de euros anuales de pérdidas, de las que uno de los más perjudicados sería Google, que se deja cerca del 40% de los ingresos de todos los anuncios en internet.
Quizá esta sea la razón por la que el navegador Chrome –propiedad de Google– empieza a plantar cara a los bloqueadores de publicidad. Estas herramientas hasta ahora han sobrevivido como extensiones de los «browsers» bajo el entendido de que la audiencia tienen el derecho a controlar los recursos remotos con los que interactúa durante su experiencia online. Pero todo podría cambiar.
El creador de los bloqueadores de anuncios uBlock Origin y uMatrix, Raymond Hill, denunció que la nueva API (interfaz de programación de aplicaciones) de Google Chrome restará control al usuario y dejará inactivas ambas extensiones, aunque sí será compatible con la popular Adblock Plus (acusada en 2015 de aceptar pagos para permitir algunas piezas de publicidad).
Los cambios que vienen en Google Chrome
En un documento público quedó constancia de los cambios que promueve Google a Chromium, el navegador de código abierto del que Chrome obtiene su código fuente. Estos cambios afectarán el funcionamiento de las extensiones para bloquear anuncios, en el tanto el navegador ahora tendrá la instrucción de limitar las instancias de estos.
Dicho de otra forma, en aras de hacer más robustos los sistemas de seguridad del grupo de extensiones de Chrome, Google obligará a los bloqueadores de anuncios a presentar una lista estática de instrucciones y filtros de sitios a los que el ordenador debe bloquear, lo que según Hill saca a sus productos del escenario.
Google defiende que estos cambios son necesarios para acabar con las extensiones maliciosas de Chrome, que ponen en riesgo la privacidad y seguridad de los usuarios. Su propósito es mejorar la seguridad, otorgar mayor control a los usuarios sobre lo que hacen las extensiones, y provocar que el rendimiento de las mismas sea más ágil.