Facebook, insaciable: quiere indagar en el cerebro
Mark Zuckerberg revela que Facebook trabaja en una interfaz entre el cerebro y el ordenador para leer los pensamientos de los consumidores
El desapego a la realidad de Mark Zuckerberg sigue sorprendiendo. El fundador, presidente y consejero delegado de Facebook, a la vez que enfrenta una presión abrumadora por las repetidas violaciones a la privacidad de datos orquestadas por su compañía, sueña con una herramienta que le permita espiar el cerebro y leer la mente de los consumidores.
Facebook trabaja desde hace unos años en lo que algunos de sus ejecutivos han denominado «mouse cerebral», y Zuckerberg aprovechó una visita reciente a la Universidad de Harvard para explicar a fondo cuál es su plan para saltar de lucrar con los datos de los usuarios a hacer lo mismo pero con la información neurológica que su tecnología podría detectar.
Ante un público mayoritariamente universitario y más escéptico ante el «mesías» tecnológico que la persona promedio, Zuckerberg contó que Facebook está desarrollando una interfaz cerebro-ordenador con la que las personas podrán utilizar sus pensamientos para navegar la realidad aumentada y virtual, sin que se vean en necesidad de hablar o tan siquiera escribir.
Facebook leerá mentes si los usuarios lo permiten
La revista Wired informó de que los estudiantes y profesores de Harvard se mostraron un poco desconcertados por el giro que había tomado la entrevista con Zuckerberg, que en el inicio se enfocó en asuntos más terrenales, como los pasos necesarios para regular Facebook. El profesor de derecho que le entrevistó, Jonathan Zittrain, tuvo que recurrir al humor para bajar la tensión.
Debería haber un derecho constitucional a permanecer en silencio ante una tecnología que permite escuchar los pensamientos, bromó Zittrain. Poco le importó a Zuckerberg que referirse a lo que a todas luces parece un lector de mentes pusiera en un estado de temor a los asistentes; el magnate de Silicon Valley siguió explicando su visión de negocio del futuro como si nada.
«Presuntamente, esto sería algo que alguien podría elegir usar como un producto», defendió Zuckerberg, tirando del argumento al que sus pares estilan recurrir cuando se les cuestiona su desdén con la privacidad de datos. Lo que el número uno de Facebook quiere decir es que, aunque la tecnología pueda usarse para fines funestos, si hay consentimiento de los usuarios no pasa nada.
Zuckerberg quiere acceder a los pensamientos de las personas, pero tiene límites: descarta cualquier tecnología que requiera un implante quirúrgico. «Si realmente estás tratando de construir cosas que todas las personas van a usar, quieres enfocarte en cosas que no sean invasivas», afirmó. Énfasis en «invasivas» como algo meramente anatómico, no filosófico, intelectual o emocional.
Facebook es dueña de Oculus VR, una compañía que desarrolla tecnología de realidad virtual. Presuntamente, los programas que la tecnológica desarrolla tienen el objetivo de mejorar la experiencia de los productos de Oculus, pero si el avance resulta ser lo que Zuckerberg tiene en mente sería también algo fácil de vender a otras tecnológicas y empresas.
Cuando Zuckerberg habló de su afán de navegar la cabeza de los usuarios por primera vez, en 2017, explicó que nuestro cerebro produce muchos más datos de los que el habla puede transmitir. «Estamos construyendo un sistema con el que se podrá teclear directamente desde el cerebro cinco veces más rápido que con un móvil», dijo entonces.