El coche del futuro será eléctrico y autónomo pero durará un año
El mercado de automoción cambiará drásticamente en 2030 como consecuencia del impacto del transporte compartido y del desarrollo tecnológico
La ITV puede tener los días contados -al menos de la forma en que se entiende en estos momentos- y la cantidad de kilómetros en que pasar la revisión al vehículo se estirará forzosamente. Así se desprende del informe elaborado por PwC, que analiza las tendencias que afectarán al sector del automóvil en los próximos años.
El estudio ‘Eascy: las cinco dimensiones que transformarán el sector de la automoción’ arroja datos que hablan de la irrupción del coche autónomo, eléctrico, conectado y donde los modelos se actualizarán anualmente.
Un nuevo ciclo de producción
El aumento de la población y una mayor demanda de servicios de movilidad provocarán que de cara a 2030 se produzca un aumento en los kilómetros recorridos por persona y año. En Europa el asecnso será de un 23%; en EEUU, de un 24% y en China… ¡un 183%! Este crecimiento en las distancias afectará inevitablemente al uso de los vehículos.
Se estima que sólo en Europa el número de kilómetros al año recorridos en coche pase de 3,7 billones a 4,2. Como consecuencia, necesitarán ser sustituidos con mucha mayor frecuencia forzando a los fabricantes a modificar su actual ciclo de producción.
“En el futuro todos los agentes del sector deberán afrontar un profundo periodo de transformación. No podrán centrar sus modelos de negocio solo en los procesos de producción y venta. Tendrán que orientarlos, también, hacia los distintos tipos de usos y a todo el ciclo de vida del coche”, asegura Manuel Díaz, socio responsable del sector de automoción en PwC.
El nuevo mercado se moverá, por tanto, a ciclos de actualización donde difícilmente pasen cinco años para renovar los modelos de cada marca. Los fabricantes, pronostica el informe, apostarán por realizar actualizaciones y upgrades cada año con vistas a incorporar los últimos desarrollos de hardware y software.
Los avances del automóvil
La conectividad hacia la que evolucionan los coches jugará un papel fundamental en el desarrollo de nuevos modelos. En Europa y en los Estados Unidos en torno al 70% de los coches estarán conectados en 2030 y en China serán el 100% los que disfrutarán de una conectividad total.
Igual que los sistemas Android o iOS se actualizan periódicamente, los coches tendrán que estar al día para poder mantener su intercambio de información con otros vehículos, con las redes e infraestructuras de transporte y entre los propios ocupantes del vehículo, permitiendo tener acceso a servicios multimedia durante los trayectos.
Los avances, no obstante, no se limitarán a su adaptación a una sociedad hiperconectada. El cambio de tendencia de la industria y las personas hacia una energía más sostenible se traducirá en un 95% de coches nuevos matriculados eléctricos o híbridos para 2030. Pese a que la mayoría del parque de vehículos seguirá siendo de combustión, irán desapareciendo progresivamente.
El salto hacia los vehículos autónomos será más difícil de convertir en una realidad, sobre todo por la necesidad de la intervención de las instituciones públicas a la hora de regular su presencia. Al término de la próxima década todavía habrá entre un 85 y 90% de coches conducidos por personas, pero irán introduciéndose al mercado de forma paulatina a partir de 2022.
Compartir es vivir
Igual que ha variado la forma de almacenar información gracias a la digitalización, o se ha aceptado el consumo de música y series en streaming, los hábitos de consumo en materia de movilidad también cambiarán radicalmente, apunta el estudio.
En la actualidad, menos del 1% de los trayectos en coche en Europa se corresponden con servicios de transporte compartido. Un porcentaje que en los próximos diez años podría alcanzar el 35% de los kilómetros recorridos en el Viejo Continente, el 34% en Estados Unidos y el 46% en China.
El futuro pasa por un coche conectado, compartido y con autonomía en la conducción que difícilmente perdurará para cambiar de manos del hermano mayor al más pequeño de la familia.