Cómo combatir el cáncer con un acelerador de partículas
La terapia de protones es aplicable al 15% de los pacientes susceptibles de someterse a radioterapia.
La protonterapia o terapia con protones consiste en la aplicación de una haz de protones provisto de una gran cantidad de energía concentrada sobre el tumor para destruir las células cancerosas. Es por tanto un tipo de radioterapia, con la ventaja de que los protones prácticamente se detienen al contacto con las células que se quieren destruir.
Para su uso en terapia antitumoral los protones pueden acelerarse a dos tercios de la velocidad de la luz: 200.000 kilómetros por segundo
Esta particularidad de la protonterapia tiene una ventaja importante: la baja dispersión de los protones produce menos daños en el tejido sano próximo a la zona tratada, lo que a su vez permite incrementar la dosis aplicada incrementando la destrucción del tumor.
Protones contra células cancerosas
Los protones son partículas subatómicas más pequeñas que los átomos que forman las moléculas, incluyendo las moléculas de los tejidos. Para proporcionar energía en un protón hay que acelerarlo utilizando una máquina de 200 toneladas llamada sincrotrón, que es parecida a un acelerador de partículas de precisión quirúrgica.
Para su uso en radioterapia los protones pueden acelerarse a entre un 33% y un 66% de la velocidad de la luz. Esto significa que con la máxima energía el haz de protones viaja a dos tercios de la velocidad de la luz; velocidad que alcanza después de haber recorrido en el sincrotrón el equivalente a medio millón de kilómetros, explican desde la Universidad de Texas.
En Europa la tecnología de terapia con protones sólo está disponibles en una veintena de hospitales en países como Francia, Alemania, Italia o España
Un protón tiene una carga positiva, de modo que cuando choca con un átomo desestabiliza los electrones del átomo cambiando las características del átomo. Esto cambian también las características de las moléculas formadas por esos átomos.
«Este cambio, llamado ionización, es el principio en el cual se basa cualquier tipo de radioterapia», explican desde la NAPT. «Debido a la ionización la radiación daña las moléculas dentro de las células, especialmente el ADN o el material genético. Dañar el ADN destruye funciones celulares específicas, particularmente la capacidad de dividirse o reproducirse.»
Aplicaciones de la terapia de protones
La terapia con protones puede aplicarse a diversos tipos de cánceres y puede utilizarse en combinación con otros tratamientos, como la cirugía.
Su utilización está indicada en casos con pocas opciones de tratamiento o donde la radioterapia convencional suponga un riesgo elevado para el paciente por la localización del turmor.
Ese riesgo incluye que los daños colaterales supongan un complicación importante. Por ejemplo en los ojos, debido a la cercanía de los nervios ópticos; en el cerebro de los niños, porque todavía en desarrollo o cuando se trata de tumores cercanos al tronco cerebral, la médula espinal u otros órganos vitales, explican especialistas de Quirónsalud.