#BorraFacebook: ¿medida efectiva o rabieta insuficiente?
El escándalo de Cambridge Analytica inspira el movimiento #BorraFacebook y abre la pregunta de si sirve para algo eliminar la cuenta de Facebook
En las últimas horas del escándalo de Cambridge Analytica, tres hashtags ganaron tracción en Twitter: #CloseFacebook, #DeteleFacebook y #QuitFacebook. En castellano, #BorraFacebook es uno de los gritos elegidos para mostrar en las redes sociales la desilusión de miles de usuarios con la red de Mark Zuckerberg.
La confirmación de que la consultora Cambridge Analytica utilizó información filtrada de 50 millones de usuarios para la campaña electoral de Donald Trump en 2016 despierta y aumenta todo tipo de cuestionamientos contra Facebook por sus políticas de privacidad y por la tibieza con la que aborda la información privada de sus usuarios.
No pocos usuarios de las redes y analistas de Internet recomiendan cerrar la cuenta de la red social, tanto para evidenciar desacuerdo con la empresa por permitir que se vulnerara la intimidad de los usuarios, como para proteger de ahora en adelante aquellos detalles privados que colocamos en las redes sociales.
Zuckerberg: «Entiendo si las personas quieren eliminar sus cuentas»
Incluso el cofundador de Whatsapp (empresa que Facebook adquirió en 2014) Brian Acton llamó a los usuarios a eliminar la app. Zuckerberg, en una entrevista a The New York Times, comentó que hasta el momento no ha habido una gran oleada de usuarios dándose de baja.
«Pero esto no es bueno», afirmó. «Creo que es una señal de que es un asunto de credibilidad para las personas, y lo entiendo. Y si las personas eliminan la app por esto o no se sienten a gusto usando Facebook, también creo que es un tema importante que tenemos la responsabilidad de rectificar».
Pero, ¿realmente sirve de algo cerrar tu cuenta de Facebook a estas alturas de la historia?
Opciones para darse de baja o protegerse en Facebook
Si las razones para cerrar la red social son filosóficas, no se conseguirá mucho si se elimina pero no se hace lo propio con Whatsapp e Instagram. Facebook es dueña de estas dos apps, por lo que sus problemas de seguridad y credibilidad son en esencia los mismos.
Si la preocupación principal es el uso de los datos personales, más que cerrar la cuenta de una vez por todas conviene ajustar las preferencias de usuario. Es importante saber que si alguien accedió a información privada para fines publicitarios, lo hizo mediante apps de terceros y es posible controlar la información que esas empresas recogen.
Otro consejo útil es dejar de acceder a sitios o apps de terceros mediante la red social. La opción de que tu perfil de Facebook complete automáticamente la información básica que las apps de terceros solicitan es conveniente, pero es una parte importante de sus problemas de privacidad.
Una empresa con 2.200 millones de usuarios en todo el mundo no desaparecerá ni pronto ni rápido
Vaciar a la red social de algunos de tus datos personales (¿por qué necesita conocer la fecha de tu cumpleaños o tu preferencia religiosa?) también puede ayudar, así como utilizar extensiones en tu navegador que no le permitan a la red social (ni a ninguna otra empresa) saber qué productos ves o qué páginas visitas en tu tiempo libre.
Si después de sopesar todas estas opciones todavía quieres cerrar tu cuenta de Facebook, puedes hacerlo, pero la compañía se encargará de aplicarte su juego emocional, al recordarte todos los amigos con los que ya no podrás chatear o los cumpleaños de familiares que ya no recordarás.
Pero, en contra de lo que muchos usuarios de Internet comentan durante estos días, Facebook no correrá la misma suerte que Myspace (que hace una década perdió su popularidad hasta desaparecer). Myspace no tuvo jamás la cantidad de usuarios de Facebook (2.200 millones de usuarios activos mensualmente) ni su poder e influencia.
Será más provechoso pensar en cómo mejorar Facebook que en matarlo
Además, si bien muchas personas en países desarrollados pueden darse el lujo de borrar la red social de sus vidas, hay países en los que Facebook es sinónimo de Internet, y es la única forma en la que millones de personas pueden comunicarse con sus amigos y seres queridos en regímenes ajenos a la democracia o en situaciones de peligro.
Las probabilidades de que una empresa de talla global y un imperio informativo como Facebook desaparezca después de un escándalo de esta magnitud son ínfimas. En todo caso, en lugar de pensar en un futuro sin Facebook, será más provechoso acostumbrarnos a la idea de un futuro en el que Facebook sea diferente (y mejor).