Yolanda Díaz y Garzón abandonan a Podemos en la crisis ministerial por la cumbre de la OTAN
La vicepresidenta se desmarca de las acusaciones moradas sobre la organización del encuentro y cierra filas con Sánchez.
La distancia entre Podemos y sus socios de confederación e incluso su cabeza en el Consejo de Ministros cada vez es mayor, y la imagen de unidad, al menos aparente, cada vez es más difícil de representar. Este mismo martes, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, era tajante y se desmarcaba de las acusaciones lanzadas por Podemos contra los contratos para la celebración de la Cumbre de la OTAN en Madrid, de los que aseguran que habían sido adjudicados «a dedo». Fue la gota que colmó el vaso.
El nuevo cisma en el Gobierno de coalición, donde no es raro ver choques una y otra vez a lo largo de la legislatura, ha ido un poco más allá. El hecho de que España acoja la próxima cita de la Alianza Atlántica el 29 y 30 de junio ha levantado polvareda: los contratos para preparar la reunión, de 29’7 millones de euros para el Ministerio de Exterior y 1’9 para de Interior, fueron aprobados en el Consejo de Ministros hace algo más de un mes.
Pero ahora, tras el acto de aniversario de adhesión de nuestro país del lunes en el que sólo fueron representantes socialistas por «motivos políticos», a Podemos no les parece nada bien. Y eso que la OTAN es un tema en el que todo el espectro de la izquierda a la izquierda del PSOE de Sánchez solía encontrar un consenso. Hasta que la también ministra de Trabajo e incluso el ministro de Consumo, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, han tenido que cerrar filas en torno a Pedro Sánchez y el Gobierno.
Díaz «viene de una ciudad militar»
Les ha tocado ir más allá. ¿Cómo? Defendiendo, sencillamente, la «legalidad» de los acuerdos.
Primero, en las preguntas de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros este mismo martes. Aunque aún no ha aclarado si alguno de ellos acudirá a la cumbre, Díaz alegó con insistencia que si no acudió al encuentro del aniversario fue porque tenía que acudir a unas «pruebas médicas». Sin embargo, fuentes del entorno de la vicepresidenta deslizan que ella «viene de una ciudad militar y tiene familia militar», por lo que abren la puerta a su presencia, si Sánchez lo requiere en esta ocasión.
El dilema para Díaz pasa por desmarcarse de Podemos justo después de unas elecciones andaluzas, previstas para el 19 de junio, que no pintan muy halagüeñas para la izquierda, o potenciar con su presencia el perfil institucional en el que lleva trabajando en los últimos tiempos.
Ellos no militan en Podemos
El malestar es patente en los ministros que no cuentan con el carné morado. Fuentes cercanas a ambos recuerdan que ellos no militan en Podemos. Pero la gran diferencia entre Díaz y Garzón es que ella forma parte del Consejo de Seguridad Nacional, por lo que su ausencia sería, cuanto menos, llamativa.
Garzón también despejó el balonazo en la crisis generada por Podemos y se desmarcó de las tesis del partido dirigido por Ione Belarra. «Conocen la posición de mi fuerza política, la genealogía, la historia» de IU, adujo, recordando la oposición a la OTAN desde su nacimiento, «pero el compromiso absoluto, inquebrantable, de esta fuerza es con el acuerdo de coalición, y estoy absolutamente cómodo en ese acuerdo de coalición».
Aunque también evita manifestarse sobre su presencia en la cumbre, alegando motivos de agenda, dado que no «sabe» lo que va a «hacer la semana que viene». Moncloa les ha dado un balón de oxígeno a ambos: también insiste en que, aunque un evento de esta talla requiere mucha organización -la cumbre «es indispensable para garantizar la democracia en el mundo actual», insistió la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez- aún no está claro qué presencia se requerirá por parte de los miembros del Consejo de Ministros.