Ximo Puig y Ford amenazan la reindustrialización de Nissan Barcelona
El proyecto estrella de la Comunidad Valenciana para los fondos europeos es la construcción de una planta de baterías que abastezca “al sur de Europa”
En la carrera de la electrificación, la pugna no es sólo por ver a qué fábricas se adjudican coches de cero emisiones. El déficit de fábricas de baterías en Europa es ahora una oportunidad a la hora de invertir los fondos de reconstrucción de la Unión Europea. En España, la instalación parecía predestinada a ubicarse en la antigua planta de Nissan en Barcelona, pero la Generalitat Valenciana quiere un centro en sus dominios. Y tal y como lo ha diseñado parece incompatible con el proyecto catalán.
La semana pasada, el presidente del Consell, Ximo Puig, desgranó las diferentes ideas en las que su gobierno quiere invertir su parte de las ayudas europeas. De entre todas sobresalía la construcción de una fábrica de baterías de la mano de Ford, que tiene en Almussafes (Valencia) su centro de producción en España. La administración ya envío un boceto de sus planes al Ministerio de Industria.
La intención es construir «la gigafactoría de baterías de litio del sur de Europa», dice Ximo Puig
Las intenciones del dirigente socialista no son nuevas. Ya en otoño, Puig advirtió de que pretende erigir “la gigafactoría de baterías de litio del sur de Europa”. “Se trata de un macroproyecto industrial de gran impacto, que servirá para las fábricas de automóviles en España”, añadió.
Consultadas por Economía Digital, fuentes de la conselleria de Economía explicaron que el propio Puig y el conseller Rafael Climent presentarán el proyecto ante la opinión pública la semana que viene.
A falta de conocer más detalles, sí se sabe que la financiación procederá de fuentes tanto públicas como privadas. Diversas; no solamente Ford y la Generalitat Valenciana. Como parte importante del entramado, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV). Tampoco se conoce la ubicación concreta, aunque el Ayuntamiento de Almussafes ya ofreció 700.000 metros cuadrados de suelo logístico para albergar la instalación en la localidad.
Desde luego, el proyecto está más avanzado que el que se debería ubicar en los 517.000 metros cuadrados de la fábrica de Nissan en la Zona Franca (Barcelona). En una reunión celebrada el lunes entre la empresa, los trabajadores, el Ministerio de Industria y la Generalitat de Catalunya, las cuatro partes acordaron abrir la fase de presentación de ofertas hasta el próximo 31 de marzo. Para agilizar los trámites y buscar candidatos contrataron a la consultora KPMG.
La opción favorita de la administración siempre fue fabricar baterías eléctricas en Zona Franca
A simple vista, es evidente que las ambiciones de ambos proyectos chocan. Fuentes del sector ya avisaron en repetidas ocasiones de que las instalaciones del fabricante japonés ofrecían un espacio para satisfacer la demanda de baterías de varias plantas de automoción, no solo la de Seat en Martorell (Barcelona). En verano, algunos nombres ya salieron a la palestra: la coreana LG Chem y la francesa Schneider Electric.
Desde entonces no se ha sabido nada más. Queda por ver si transformarán su interés en una oferta formal. En la recámara, la mesa de reindustrialización también trabaja en convencer a una automovilística para que ensamble vehículos eléctricos o crear un hub con varias empresas de electromovilidad. La administración, eso sí, jamás escondió que su opción favorita era la de las baterías. Por el contrario, los trabajadores saben que esta posibilidad no cubriría la totalidad del empleo perdido en Nissan.
¿Y si la Zona Franca no fuera el lugar ideal para hacer baterías?
Pero a pesar del empuje de las administraciones y ante la evidente falta de plantas de este tipo en Europa, hay voces que alertan de que convertir la instalación de Nissan en un centro de baterías no es la opción más inteligente. Para empezar, sobraría plantilla de la automovilística japonesa, con la que se llegó a un compromiso de empleo. Ensamblar cargadores no requiere a tanto personal como el disponible.
Razones técnicas aporta Josep María Vall, presidente del Clúster de la Indústria d’Automoció de Catalunya (CIAC). «Posiblemente hacer este producto en la Zona Franca no es lo más idóneo; habría que adaptar toda la infraestructura que deja el fabricante japonés», señala el dirigente. «La operativa existente es mejor para hacer coches eléctricos. Además, los trabajadores ya saben cómo hacerlos», añade.
De este modo, el directivo remata: «Es absolutamente imprescindible tener una fábrica de baterías en España, pero las sinergias se obtendrán igual. Puede estar en Cataluña o puede no estarlo».