Un elegido de Josep Rull acepta una condena por administración desleal
El director adjunto de la Agencia de Residuos de Cataluña acepta una condena de seis meses de cárcel por la quiebra de la cooperativa de la que fue gerente
El director adjunto de la Agencia de Residuos de Cataluña, Francesc Xavier Reinaldos, ha sido condenado a seis meses de cárcel y a otros seis meses de inhabilitación para concurrir en listas electorales por un delito de administración desleal. Al carecer de antecedentes penales y al tratarse de una pena inferior a dos años no supone su ingreso.
Además, la sentencia le obliga a indemnizar con 150.000 euros a siete socios del desaparecido Celler Cooperatiu de Vilafranca del que fue gerente. También deberá abonar las costas judiciales.
Reinaldos ha sido condenado por sus responsabilidades como administrador de hecho de la mencionada cooperativa antes de su quiebra en el año 2006. Pese a que la fiscalía y la acusación particular llegaron a pedir penas de hasta cinco años de cárcel, los gobiernos de Artur Mas y, posteriormente, de Carles Puigdemont lo mantuvieron en altos cargos de la Generalitat.
Al servicio de Felip Puig y Josep Rull
En el gobierno de Mas, Reinaldos fue adjunto al jefe de gabinete del entonces consejero de empresa Felip Puig y, con Puigdemont, figuró como director adjunto de la Agencia de Residuos de Cataluña. Este último organismo dependía del ex consejero Josep Rull, titular de territorio y sostenibilidad hasta su cese el pasado viernes. Reinaldos también preside la agrupación comarcal del Pdecat en el Vallès Occidental, a la que pertenece el propio Rull.
Un cargo de la Generalitat es condenado por su anterior gestión de gerente de una cooperativa
La defensa de Reinaldos mostró su conformidad con la pena propuesta por la fiscalía según consta en la sentencia dictada por el juzgado penal número uno de Vilanova y la Geltrú (Barcelona) en julio pasado. En esta sentencia se apunta que Reinaldos, en calidad de administrador de hecho de Celler Cooperatiu, “hizo un uso indebido de sus facultades, en perjuicio de la sociedad”.
Contrajo obligaciones con terceros que vulneraban lo acordado por el consejo rector en materia de precios. También acordó con socios cooperativistas imposiciones de dinero y aportaciones al capital social sin ser informados de la “verdadera situación económica” de la empresa.
En 2006, Covides, la primera cooperativa catalana y tercera española del sector vitivinícola, se quedó con Celler Cooperatiu, así como con sus deudas.