¿Venganza belga con Puigdemont? El nazi que España no extraditó
Los independentistas catalanes, los nacionalistas flamencos y la prensa belga sacan jugo del caso del nazi Léon Degrelle, al que España se negó a extraditar
Los nacionalistas flamencos y los independentistas catalanes recuerdan que, durante décadas, España se negó a extraditar a Bélgica a Léon Degrelle, fundador de un partido colaboracionista con los nazis, oficial de las SS y condenado en rebeldía por crímenes de guerra. Murió en Málaga en 1994, a los 87 años de edad. El régimen de Franco nunca accedió a las peticiones de las autoridades judiciales belgas, ni tampoco los gobiernos de la democracia española, incluido el de Felipe González.
Cada vez que un juez español ha tramitado una orden de detención internacional contra Carles Puigdemont y los consejeros que le acompañaron en su huida a Bélgica, independentistas catalanes, nacionalistas flamencos y medios belgas sacan a colación el caso Degrelle. Piden a las autoridades belgas que respondan a España con la misma moneda.
Léon Degrelle (Bouillon, 1906 – Málaga, 1994) fundó un partido de corte fascista en los años treinta y, cuando los nazis invadieron Bélgica, colaboró con el régimen de Adolf Hitler. Este último incluso declaró que si algún día tuviera un hijo, le gustaría que se pareciera a Degrelle.
Fundó la Legión Valonia, un contingente de voluntarios que lucharon al lado de los nazis en el rente ruso, tal como también hicieron los españoles de la División Azul. Más tarde, comandó la legión cuando se integró a las Waffen-SS en 1943.
El final de la Segunda Guerra Mundial le pilló en Noruega. Escapó a España en un avión Heinkel que se quedó sin combustible en la había de San Sebastián. Sufrió heridas leves en el aterrizaje, que sirvieron de excusa para que el régimen de Franco negara por primera vez su extradición.
En 1954 consiguió la nacionalidad española y adoptó el nombre de José Ramón Ramírez Reina. Con este nombre, dirigió una empresa constructora que trabajaba para el gobierno. Residió en Extremadura, en Sevilla y acabó sus días en Benalmádena (Málaga).
El gobierno de Felipe González tampoco cedió a las peticiones de las autoridades judiciales belgas. Cuando se jubiló, siguió colaborando con organizaciones de extrema derecha españolas y de todo el mundo. El tribunal Constitucional le condenó a una multa por negar el Holocausto en unas declaraciones en televisión y en la revista Tiempo. Solo después de muerto, España se mostró dispuesta a entregar sus cenizas, pero Bélgica prohibió que entraran en su país.
Trámites de extradición
Los partidarios de Puigdemont recordaron el caso de Degrelle cuando, en 2017, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela solicitó la extradición del expresidente catalán y, posteriormente, cuando la tramitó el juez del tribunal Supremo Pablo Llarena.
El Tribunal Supremo también reactivó este noviembre las ordenes europeas de detención y entrega de los exconsejeros Toni Comín, Luis Puig –refugiados en Bélgica– y Clara Ponsatí –residente en Escocia–. Las autoridades británicas dieron un portazo este miércoles a la extradición de Ponsatí por considerarla “desproporcionada”.
El presidente en funciones del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió en el debate electoral del pasado lunes a traer a Puigdemont de vuelta a España. Sánchez incluso se jactó este miércoles de que lanzó esta promesa porque la Fiscalía «depende» de su ejecutivo.