Los vecinos de Sant Andreu temen que la recogida de basuras de Colau facilite los robos
Los vecinos recuerdan que la cantidad de cubos en las puertas pueden ayudar a deducir si en las fincas puede haber pisos vacíos
La inseguridad es uno de los puntos que preocupan a los vecinos de Sant Andreu (Barcelona). La recogida de basuras de Colau deja varios problemas: basuras amontonadas, microchips que identifican a vecinos, y problemas de higiene en las calles. A estas preocupaciones se suma el temor a que este sistema pueda servir para identificar pisos vacíos.
La medida se empieza a aplicar en verano, a las puertas de unas vacaciones, donde muchos vecinos no estarán en casas. «Puede pasar que en una finca de cuatro viviendas haya dos pisos vacíos que nunca bajen la basura y se pueda ver que no hay nadie dentro», explica la afectada Inma Garrido, miembro del grupo de Telegram vecinal Farts del Porta a Porta, a Economía Digital.
Pero esta problemática se puede dar a lo largo de todo el año, sobre todo en aquellos bloques de viviendas pequeños, en aquellos que tengan viviendas que estén vacías. Los vecinos temen que un seguimiento exhaustivo de esos pisos permita deducir que hay una casa que esté sin habitar, algo que facilitaría los robos y las ocupaciones.
“¿Qué pasa si me voy de vacaciones y estoy un mes sin sacar la basura?”
Una denuncia que también trasladan desde la Asociación de Vecinos Sant Andreu Sud. La portavoz Cristina Galán teme que, más allá de los problemas de salud pública, también se desarrolle uno de seguridad: “¿Qué pasa si me voy de vacaciones y estoy un mes sin sacar la basura?”.
Otro vecino enfadado por el puerta a puerta también plantea esta cuestión. Josep Valcarce, que vive en una de las zonas limítrofes a las afectadas por el Porta a Porta de Colau, muestra su preocupación: “En una finca con cuatro viviendas, si hay dos que hace tiempo que no sacan las bolsas es muy fácil deducir que tiene un par de pisos que están vacíos”.
La oposición ha cargado duramente por la imposición de Colau con este sistema, sin consenso vecinal y sin escuchar a los vecinos. La concejal de Junts per Catalunya en Barcelona, Francina Vila, ha expuesto que una de las preocupaciones de los vecinos es precisamente el de la seguridad: «Un sistema más anónimo permitiría evitar estas situaciones».
Vila, que ha expuesto la disposición de su grupo a transformar el modelo basuras de la ciudad, apuesta por otros sistemas más eficaces para la ciudad. Uno de ellos podría ser el contenedor inteligente, que permitiría a los vecinos identificarse con mayor confidencialidad y bonificar a aquellos a los que reciclen: «Hay tecnología suficiente para saber si una bolsa es correcta o no».
La concejal ha explicado que, aunque el puerta a puerta puede ser un sistema de válido de recogida, defiende que es una fórmula más apta para municipios con más dinámica de pueblo, donde los vecinos pueden dejar sus residuos en la puerta sin que eso suponga un problema: «Viven en una casa y cuando tienen el cubo lleno lo sacan, pero aquí la mayoría son pisos».
Colau, contra un barrio donde ganó en 2019
El puerta a puerta de Ada Colau se ha convertido en un nuevo frente abierto de su gestión municipal. El sistema impulsado por el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica se ha empezado a aplicar sin consenso vecinal, y pese a las quejas, el consistorio insiste en su supuesto éxito tanto en resultados como en implicación.
El distrito de Sant Andreu fue uno de los que sirvieron a Colau para conseguir los diez concejales actuales hace apenas dos años, cuando revalidó la alcaldía gracias a la cesión de votos de Manuel Valls. La alcaldesa, que quiere volver a presentarse en 2023, podría encontrarse con que una de las barriadas que le brindó mayor apoyo le acabe por dar la espalda.
¿Cómo funciona este sistema?. Los vecinos deben depositar unas bolsas homologadas con chip identificativo que son translúcidas –lo que permite ver qué hay en su interior– entre las 8 y las 10 de la noche para que el camión de la basura se lo lleve. El ayuntamiento estudia flexibilizarlo a partir de las quejas vecinales, pero en ningún caso se plantea recular.
Pero no se recogen cada día los mismos residuos. El barrio de Sant Andreu que sirve de piloto para este nuevo proyecto se divide en dos zonas, en cada una de ellas los días para depositar la basura son distintos. Los orgánicos son tres días a la semana, mientras que el plástico son dos, y los desechos y el papel tan solo uno.