Vecinos de Sant Andreu boicotean la expansión del ‘puerta a puerta’ de Colau
La asociación de vecinos Sant Andreu Sud anima a los afectados por el sistema de recogida de basuras a negarse a ceder los datos personales para recibir las bolsas con microchip
El ‘porta a porta’ sigue adelante en Sant Andreu pese a la oposición vecinal. El polémico proyecto de recogida de basuras empieza su segunda fase en la zonas del barrio barcelonés que están pendientes. Ya no habrá más contenedores, solo las criticadas bolsas traslúcidas con microchip y calendarios para los residuos. Los vecinos hacen campaña para evitar que se aplique.
La presidenta de la AV de Sant Andreu Sud, Cristina Galán, ha explicado a Economía Digital que llevan a cabo una «labor informativa» para que la gente no acepte la cesión de datos personal necesaria para participar en este proyecto de recogida de basuras. El objetivo es que una masa crítica de ciudadanos lo rechace, como pulso al ayuntamiento para forzarlo a pararlo.
«Al final, los vecinos de la fase 1 fueron un poco a ciegas pero los de la fase 2 ya saben lo que hay», lamenta la presidenta de la asociación de vecinos. Recuerdan que este jueves 17 de septiembre por la tarde se producirá una nueva manifestación contra Ada Colau en el barrio, de mayor formato que las anteriores: «Pediremos corte de calle».
Los vecinos creen que se trata de un castigo
«No entendemos que se haya aplazado en los barrios de Sant Antoni y Horta pero aquí se siga adelante», lamenta Galán. La portavoz vecinal, que exige de nuevo al ayuntamiento de Ada Colau que se siente a hablar con los vecinos sin imposiciones, sospecha de la «prepotencia» del equipo de Gobierno: «Como nosotros lo hemos denunciado, debemos ser castigados».
La fase 2 del proyecto se empezará a aplicar el próximo 18 de octubre en las zonas pendientes donde todavía existían contenedores de basuras. En concreto, en la zonas más periféricas del norte y el sur del barrio barcelonés y que suponen la mayoría de la superficie de Sant Andreu.
Galán insiste en que este modelo de recogidas ha fracasado, y la prueba es el enfado vecinal palpable en el barrio. Además, denuncia que los datos triunfalistas del ayuntamiento excluyen a aquellos vecinos que en fase 1 se negaron a ceder sus datos personales, por lo que no participan: «Esas personas parece que no existen».
Explica que los problemas derivados del ‘porta a porta’ se mantienen, puesto que los camiones siguen generando ruidos molestos a los vecinos. «Tienen órdenes de parar motores y dejar de prensar cuando perciben que les están grabando o ven vecinos por la calle», denuncia Galán.
Los vecinos se habían quejado de los problemas nocturnos que generaba el puerta a puerta. Los camiones, que tienen que ir deteniéndose en cada portería, hacen un ruido que impide a muchos barceloneses dormir. El ayuntamiento se comprometió a que los vehículos se sustituirían por unos nuevos, eléctricos, en otoño.
Un sistema con lagunas legales y sanitarias
Galán también recuerda que este sistema genera dudas sobre su privacidad, con bolsas traslúcidas que permiten ver a los demás vecinos qué tipo de residuos hay en el interior. De la misma forma, los recipientes tienen microchips que identifican a los usuarios y que aportan datos al ayuntamiento sobre si hay un buen o mal reciclaje.
Expertas en protección de datos ya advirtieron a Economía Digital de las lagunas que tiene el proyecto de Ada Colau. “No se aplica la ley de transparencia porque no se explica cuál es el proceso exacto del circuito de estos datos”, explicó la abogada especialista en protección de datos Aida Ruiz a este medio.
Los problemas de salubridad también han generado mucho debate. Más allá de las quejas por la basura acumulada en la calle, que el ayuntamiento no recoge si la bolsa no coincide con el tipo de basura que toca ese día o si el basurero considera que el contenido no es el adecuado, se han avistado plagas de ratas, cucarachas y otros insectos.
Varios partidos de la oposición ya han pedido que se acabe con este sistema. Junts per Catalunya, Ciudadanos, BCN pel Canvi y el PP exigieron que se suspendiera este sistema, al alegar que era un fracaso. ERC, que cerró filas con Colau para apoyar el sistema, se desmarca ahora y exige que se paralice la fase 2 hasta que se hayan resuelto los problemas que molestan a los vecinos.