Valls se queda en Barcelona y carga contra Rivera
Manuel Valls ratifica su "compromiso con Barcelona", critica el giro a la derecha de Ciudadanos y se ofrece para buscar la "unidad constitucionalista"
Pese al golpe de mano de Ciudadanos, que no solo ha roto la coalición que formó con Manuel Valls sino que le ha birlado a uno de los tres concejales independientes que la integraban, el ex primer ministro francés seguirá al frente de un grupo que ya solo cuenta con dos concejales -él y Eva Parera– en el Ayuntamiento de Barcelona.
Es más, Valls, que reafirmó su «compromiso» de quedarse en el Ayuntamiento, cargó con todo contra la estrategia de Cs marcada en los últimos tiempos por su líder, Albert Rivera, al que acusó de haber dejado «huérfanas» a las personas que votaron al partido naranja en las catalanas del 21 de diciembre de 2017.
Es más, se postuló para contribuir a diseñar una «estrategia constitucionalista» que admitió que ahora mismo no existe. No descartó que lo hiciera integrándose en algún partido de nueva creación, aunque negó que vaya a liderar un nuevo partido. «Yo no participaré en la creación de un nuevo partido en Cataluña, no he venido a eso», zanjó, después de que en primera instancia hubiera evitado descartar esa opción. ¿Y en el conjunto de España?, le preguntaron. «Ya hay muchos», concluyó.
Tampoco será sumándose a la nueva formación de catalanismo moderado en cuya formación si trabaja su número dos, Eva Parera, aunque el proyecto de su socia cuenta con su bendición.
El líder de Barcelona pel Canvi apenas hizo referencias a la fuga a Cs del exministro y número tres de su candidatura, Celestino Corbacho, tras haberse alineado con Valls dándole apoyo a Colau el sábado. Se limitó a considerar «incomprensible» la decisión y a apuntar que «cada uno es responsable de sus actos, y coherente, o no»
Valls prefirio la caza mayor, y cargó contra Rivera y su estrategia de «liderar las derechas o relevar al PP» y de apostar por el «cuanto peor mejor» y por impedir «la formación de un Gobierno con mayoría constitucionalista», incluso al precio, argumentó, de convertir un partido que «se dice liberal, progresista y europeista»en una formación que «pacta de hecho con una formación iliberal, reaccionaria y antieuropea», en referencia a Vox. «No vale esconderse tras el PP», remató.
Valls, sin prisa
El ex primer ministro francés, que se alineaba así con las voces críticas con Rivera dentro y en el entorno del partido, y que incluyen a varios de los fundadores del partido, reveló también que si no rompió con Cs tras las elecciones andaluzas fue por responsabilidad y por su «compromiso con Barcelona». La foto de Colón, en la que acabó participando a disgusto, insistió en que «fue un error».
La de Cs es para Valls «una deriva grave que no comparten muchos de sus militantes, y sobre todo sus electores». Una deriva que afecta, siguiendo su hilo argumental, al conjunto del constitucionalismo, carente hoy de una estrategia. En esa tesitura, él se ofrece de guía. Pero, de momento, tan solo desde su asiento en el pleno de Barcelona.
Valls no tiene prisa, insiste en que se trasladó a Barcelona por razones personales y, según fuentes de su entorno, se da de margen al menos hasta las próximas elecciones al Parlament para decidir sus próximos pasos en función de cómo quede el panorama tras esa cita con las urnas en Cataluña.