Una mosso, a la Guardia Civil el 20-S: «Si salís con cajas, os matan»
El jefe de Seguridad del registro en Economía relata en el Supremo que planteó la salida en helicóptero y que los vehículos policiales fueron saqueados
«Si salís por ahí con las cajas, os matan». Eso, referido a las cajas usadas para guardar el material decomisado, es lo que le dijo una agente de los Mossos d’Esquadra a los jefes del dispositivo de la Guardia Civil encargado de los registros en la sede del departamento de Economía el 20 de septiembre de 2017, según declararon este lunes en el juicio del 1-O tanto el capitán responsable de la comitiva judicial como el teniente encargado de la seguridad de la comitiva.
La anécdota con la mossa y una compañera la usó el primero para ilustrar que la decisión de descartar la salida por la puerta principal del departamento no fue ningún capricho. El capitán aseguró que, «en condiciones normales», la comitiva podría haber salido del edificio a las 9.30 o las 10 de la noche, porque el trabajo ya estaba hecho. Pero la situación no era normal. «Nos habrían machacado. Había un riesgo objetivo y evidente», zanjó.
Los dos guardias civiles protagonizaron la sesión de este lunes en el Tribunal Supremo y completaron el relato de los hechos vistos desde dentro de la conselleria que había hecho la secretaria judicial encargada del registro, Montserrat del Toro. Como ella, lo que narraron poco tuvo que ver con el ambiente festivo descrito por los testigos y acusados que participaron de la masiva concentración que literalmente sitió a la comitiva.
De hecho, Del Toro había apuntado que en un momento determinado le planteó a los agentes la necesidad de pedir un helicóptero y la propuesta fue recibida con risas. El responsable de la comitiva de la policía judicial —un grupo de 10 agentes que iban de paisano— aclaró que reaccionó con una broma no porque se tratara de ningún disparate, sino por «quitar hierro al asunto», ya que ella estaba ya muy nerviosa y algunos agentes también.
Es más, el jefe de seguridad declaró que llamó a su superior y le pidió que estuvieran preparados los pilotos para desplazar el helicóptero. Habría hecho falta «arrancar alguna antena», pero llegado el caso, eso no habría sido un impedimento, explicó.
Saqueo de los vehículos
El responsable de seguridad también dio cuenta del material que fue robado de los vehículos policiales aparcados a las puertas del edificio, que, además de dañados, fueron saqueados: desapareció prácticamente todo su contenido salvo las armas largas que, como el resto del equipo antidisturbios, se había quedado en los coches porque entrar con ellas en Economía «no tenía sentido y habría generado alarma», explicó el testigo.
Desaparecieron cinco boinas, cuatro uniformes de intervención completos con sus placas de identificación, cuatro cascos, defensas, máscaras, filtros, un micrófono, una cámara, una llave de contacto de repuesto, la copia de la documentación de alguno de los vehículos, unas mochilas, las llaves del domicilio de uno de los agentes y también una caja de munición, además de las placas de matrícula de cinco de los seis vehículos. Solo se recuperaron dos mochilas particulares vacías.
Hasta las siete de la mañana
El teniente explicó que hubo dos momentos críticos en los que temió que la cosa se desmandara definitivamente. Una, cuando le llegó el rumor de que la autonomía de Cataluña había sido suspendida y, temiendo que fuera verdad y la concentración se desmandara, llamó a sus superiores, que le desmintieron la información. Y la segunda, cuando, ya de madrugada, todos los agentes —que, tras la marcha de la secretaria judicial seguian en la conselleria— tuvieron que acudir a sujetar la puerta porque con la presión que ejercía la gente desde fuera «se estaba viniendo abajo».
La secretaria judicial salió de allí a medianoche, los 10 agentes de paisano de la policía judicial que habían efectuado el registro con ella, salieron alrededor de las tres de la mañana. La otra decena de agentes uniformados encargados de la seguridad no abandonaron el edificio hasta que a altas horas de la madrugada acudió la Brigada Móvil de los Mossos, escoltados por la policía catalana, que los llevaron hasta el puerto en vehículos sin logotipar. Los últimos salieron de allí a las siete de la mañana.