Una mesa paralela entre Puigneró y Aragonès, la alternativa de Junts
El sector moderado de Junts apuesta por no sentarse en la mesa de diálogo y exigir a Aragonès una reunión posterior para estar al tanto de sus avances
Junts busca soluciones tras no formar parte de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. El intercambio de mensajes es constante en la formación. Según ha podido saber ED, el ‘ala más moderada’ del partido ha propuesto una mesa paralela para no quedarse fuera de las negociaciones.
El sector que forma parte del Govern quiere sentarse a la mesa y así se lo ha hecho saber a la otra parte formada por el ‘ala más radical’ que encumbra al ex president Carles Puigdemont. Éstos últimos no ceden y apuestan por seguir fuera de la mesa de diálogo en la próxima cita. «No vamos a ceder», sostienen.
Pere Aragonès no aceptó tres de los nombres propuestos al ser externos al ejecutivo catalán: Jordi Sànchez, Jordi Turull y Míriam Nogueras. Mientras Junts mantiene que no había ningún pacto verbal o escrito por el cual no se pudiera conformar los equipos contando con dirigentes de fuera del Govern, ERC se mantiene en sus trece y afirma que se habló antes de conformar los equipos.
La gran mayoría de dirigentes de Junts que conforman el Govern quieren seguir trabajando junto a ERC y mantener buena sintonía. Por esta parte y según las fuentes consultadas, se ha propuesta una solución intermedia: no sentarse a la mesa de diálogo con el Gobierno, pero sí en una posterior con Aragonès, tal y como ha sucedido en esta primera cita.
El presidente de la Generalitat mantuvo, tras reunirse con Sánchez, una reunión con su vicepresidente Jordi Puigneró para no dejarle al margen de la mesa de diálogo. Este medio ha podido corroborar cómo en un chat de la formación se muestran opiniones disconformes al respecto, ya que «ERC podría vendernos un mensaje interesado u omitir información», señalan.
«No nos podemos quedar sin información»
La desconfianza por parte de este sector es patente, aunque también comentan que el quedarse «completamente fuera» les perjudica. «No nos podemos quedar sin información de lo que está sucediendo», añaden desde la formación.
El secretario general de Junts, Jordi Sánchez, aseguró este viernes que «si no nos permiten estar en esta mesa, no pasa nada. Desde fuera seguiremos escuchando, viendo la concreción de los acuerdos, y aplicaremos el acuerdo de legislatura para poder ir haciendo la monitorización», que en ese caso espera que sus socios de coalición faciliten a JxCat «información» sobre los trabajos de la mesa.
De esta forma, piensan en el partido de Puigdemont, si el cónclave Gobierno-ERC no saliera cómo los independentistas esperan, Junts no habría participado directamente y siempre se puede culpar a los socios republicanos. Se trata de un arma de doble filo que podría salirles bien, según creen en la formación.
Con esta estrategia, Junts mira a largo plazo, de cara a las elecciones autonómicas. La batalla dentro del independentismo podría darse en hacer ver a sus votantes quién ha tirado la toalla de la vía unilateral. Es decir, quién representa el verdadero nacionalismo.
Un temor de los republicanos que disgusta en las filas de Oriol Junqueras, cuando esta última Diada recibió gritos de ‘Botifler’ (traidor) de algunos participantes por las calles de Barcelona. Queda por conocer la respuesta de ERC a esta vía abierta por Junts.