Un viento nuevo sopla en Europa
La victoria del socialista François Hollande abre un camino hacia el cambio que puede significar un giro radical en la política económica de la zona euro
La victoria de François Hollande ha sido destacada por la prensa, tanto francesa como europea, y por los analistas políticos como el triunfo del cambio en Europa, que puede significar un giro radical en la política económica de la zona euro, el final de la era “Merkozy”, la política de austeridad a ultranza marcada por la Alemania de Angela Merkel y que el hasta ahora presidente francés, Nicolas Sarkozy, adoptó como propia.
El explícito titular del diario británico Daily Mail, Au revoir austerity! (Adiós austeridad), resume la ola de cambio que recorre la prensa europea esta mañana, del Reino Unido a Alemania, pasando por los países más afectados por la deuda como Italia y España. Tal como define Libération, “Un momento histórico”.
“Hay una esperanza en François Hollande. Hay muchas razones de desesperar en la realidad”, resume el director del semanario L’Express, Christophe Barbier.
No obstante, tanto Barbier, como otros opinadores en Francia advierten de que el cambio esperado “no será fácil”. “La realidad económica y social será terrible. El programa socialista es ambicioso. ¿Sabrá conciliar una y otra?”, se pregunta.
La directora de la versión francesa de The Huffington Post, Anne Sinclair, también alerta en su editorial que Hollande tendrá “que coordinar las promesas del candidato con las realidades económicas y sociales francesas, con la situación en Europa, con Merkel, con Obama, los mercados financieros, el paso, el poder adquisitivo, la crisis de la deuda”.
“Hará falta gestionar las esperanzas de los franceses con la inevitable decepción, puesto que es verdad que aquellos que gobiernan en tiempos de crisis provocan más descontentos que satisfechos”, advierte Sinclair, esposa del ex presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, llamado a ocupar el puesto de Hollande de no haber sido por el escándalo sexual del hotel Sofitel en Nueva York.
Nuevos retos
La capacidad de maniobra de Hollande dependerá de dos variantes que se resolverán en las próximas semanas. Por un lado, los franceses están llamados de nuevo a las urnas en junio para elegir al nuevo Parlamento. Una mayoría socialista otorgaría a Hollande mayor poder para aplicar las medidas prometidas.
Una mayoría conservadora e, incluso, una entrada con fuerza en la cámara del Front National (extrema derecha, tercera fuerza en la primera vuelta con el 18% de los votos) podría llevar al país a una cohabitación que dificultaría la aplicación del programa socialista.
Por otro lado, habrá que ver en las próximas semanas cómo reaccionan los mercados financieros, no tanto a la victoria de Hollande, sino a la inestabilidad en Grecia, un país que celebró legislativas ayer, en las que los partidos proeuropeos en el gobierno, que firmaron el plan de rescate a cambio de un programa de austeridad radical, no podrán formar gobierno.
Un excesivo castigo de los mercados al euro y a los países más endeudados de Europa podría frenar las aspiraciones de cambio de Hollande.
Negociar el plan de estabilidad
Esa situación en Grecia “lleva a Merkel y a Hollande a ponerse rápidamente en contacto para llegar a un acuerdo” sobre el plan de estabilidad presupuestaria europeo, destacaba el editorialista político del canal de información BFMTV, Olivier Mazerolle.
En Francia se especula que el traspaso de poderes será inmediato, incluso antes de que acabe esta semana y que Hollande podría viajar el martes a Berlín para entrevistarse con Merkel para renegociar el pacto europeo.
Esa fue una de las promesas de Hollande: renegociar el acuerdo europeo basado en la austeridad a ultranza para incluir medidas a favor del crecimiento económico y del empleo. Tanto Merkel como las autoridades europeas, después de cerrarse en banda a cualquier renegociación, parecen ahora más dispuestas a una discusión.
Un hombre «normal»
Será el momento culminante para ver qué poder real tendrá el nuevo presidente francés en Europa y si es capaz de imponer, por ejemplo, la emisión de eurobonos o tasas a las transacciones financieras, dos de sus promesas reiteradas durante toda la campaña.
La prensa francesa, tanto de derechas como de izquierdas, destaca hoy que la victoria de Hollande es el triunfo de un hombre “normal”, en contraposición a la criticada personalidad de Sarkozy. La victoria también de un personaje con 30 años de carrera política, pero sin experiencia ejecutiva. Nunca ocupó, por ejemplo, una cartera ministerial durante los 14 años de mandato de François Miterrand, el otro presidente socialista de la V República, y con quien se le compara a menudo.
Anne Sinclair, por ejemplo, recuerda de Hollande que “nadie, hace dos años, habría apostado por su victoria y de quien algunos de sus camaradas dudaban, incluso, que pudiese enfundarse el hábito presidencial”.