Un sector de Junts abandona a Laura Borràs
Sectores junteros creen que la actitud de la presidenta del Parlament puede poner en peligro, a largo plazo, el poder del partido en las instituciones
Laura Borràs resiste. Pocos días después de que se haya anunciado su procesamiento por un presunto caso de corrupción, vinculado a su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes, la presidenta del Parlament no va a dejar su cargo en la cámara legislativa catalana.
Como argumento principal, Borràs reitera que su caso forma parte de una causa general de los tribunales contra el independentismo. Más allá del apoyo de los sectores más radicales, como el del expresidente Quim Torra, dentro y fuera del independentismo, la realidad es otra. Nadie se atreve a dar un apoyo explícito a Borràs, empezando por la misma ERC.
Los republicanos, conscientes del juego de equilibrios por el hecho de que comparten Govern de la Generalitat con la formación que preside Borràs, han pedido, de forma indirecta, que la presidenta del Parlament haga un paso al lado “para no poner en peligro el prestigio de la institución”. Ahora bien, en Junts también aparecen voces críticas.
La actitud de Borràs y su entorno complican el futuro institucional de Junts
Las opiniones recogidas por Economía Digital apuntan que un destacado número de dirigentes de Junts entienden la actitud de Borràs cómo un grave perjuicio para las aspiraciones de la formación, a corto y largo plazo, para mantener el poder institucional en ayuntamientos, diputaciones y la Generalitat.
Unas mismas voces que no quieren renunciar a su ideario independentista, pero a la vez quieren gobernar las instituciones. Un ejemplo de este argumentario es el pacto de Junts y PSC en la Diputación de Barcelona, rechazado por Borràs y Quim Torra, pero que se fraguó con la luz verde de los dirigentes con pasado en el PDeCAT y la desaparecida CiU.
A finales del pasado mes de mayo, Jordi Puigneró (Vicepresidente del Govern y una persona afín a Carles Puigdemont) pidió “manos libres” a la militancia de Junts para estudiar alianzas con los socialistes para los ayuntamientos. Puigdemont y gran parte de los cargos que Junts tiene en la segunda fila institucional defienden la posición por el hecho “de que si no optamos nosotros, lo hará ERC”, apuntan las fuentes a ED.
El juego de la escenificación
Pese a los intentos de Laura Borràs para perpetuarse en el Parlament, todos los partidos son conscientes que el futuro político de la presidenta tiene fecha de caducidad, tanto en el independentismo como el resto de formaciones. De hecho,ya es vox populi que Junts sopesa Anna Erra, diputada y exalcaldesa de Vic, como sustituta de Borràs.
Con el recuerdo del itinerario judicial que desembocó con la marcha de Quim Torra del Palau de la Generalitat, ni en el Parlament ni en la Generalitat nadie va a hacer un gesto de peso para exigir la dimisión de Borràs. “Ella sabe lo que dice la ley y no vamos a entrar en su juego”, apunta una diputada de la oposición en la cámara.
El artículo 25.4 del reglamento del Parlament contempla la retirada de los derechos a un diputado que va al banquillo de los acusados por corrupción. En un intento de esquivar la norma, Laura Borràs ha intentado vincular su caso a un tipo delictivo diferente a la corrupción.
La batalla de Barcelona
Indirectamente, los disidentes de Junts también culpan a Borràs de la crisis que la formación viven en la ciudad de Barcelona. Después de la salida de Elsa Artadi por razones personales, la formación juntera todavía no ha hecho público el nombre del candidato o candidata para las elecciones municipales.
El nombre del exalcalde Xavier Trias permanece en la recámara, pero gran parte de Junts entiende su candidatura como una medida desesperada, ante la falta de una figura solvente que se atreva a liderar el proyecto. En esas quinielas han aparecido desde el abogado Jaume Alonso Cuevillas o más recientemente, los consejeros Jaume Giró y Josep Maria Argimón.
Cargos y militantes de base en la capital catalana entienden que “hemos pisado la calle con la voluntad de desvincular la parte ideológica de nuestro programa de ciudad y después, esas mismas personas que queremos conquistar se quedan con el apoyo de Laura Borràs a los cortes de la Meridiana”.