Un infectólogo del Hospital del Mar (Barcelona) implora «contundencia» al Govern
"Se debería intentar restringir al máximo la movilidad y las reuniones", asegura el coordinador de hospitalizaciones de Covid-19 del Hospital del Mar
Las medidas anunciadas por el Govern de la Generalitat este viernes para intentar frenar el avance del coronavirus en Cataluña invitan a la confusión y difuminan el mensaje que debería enviarse a la población, según Robert Güerri, infectólogo y coordinador de hospitalizaciones de Covid-19 del Hospital del Mar.
Nada más anunciarse las nuevas restricciones que entrarán en vigor la próxima semana, Güerri ha transmitido en una entrevista con Catalunya Ràdio su preocupación porque se siente como que «necesitamos un manual de instrucciones para saber qué podemos hacer y lo que no podemos hacer, y eso creo humildemente que es un problema».
El mensaje que se debería dar, según este especialista en enfermedades infecciosas, es el mismo que ha lanzado la Organización Mundial de la Salud (OMS): hay que evitar las reuniones de Navidad e intentar que todos se queden en casa durante las fiestas. Por ello pide al Govern «contundencia» y «claridad» para «decir que nos estamos jugando una tercera ola después de Navidad muy intensa y fuerte».
«El virus en este momento se transmite muy bien por las condiciones ambientales. Ya estamos viendo un aumento significativo en las puertas de los hospitales. Los próximos días son clave», ha destacado Güerri. «La situación es muy complicada y el post-Navidad será muy difícil. Debemos intentar reducir al máximo las reuniones y las comidas estos días», ha insistido.
Alta transmisión de Covid-19 en la comunidad
El responsable de hospitalizaciones de Covid-19 del Hospital del Mar ha explicado que la situación actual revela «un repunte de las infecciones» y que «estamos viendo más infecciones agudas en los hospitales, y eso implica que la infección se transmite a la comunidad y se transmite de forma más efectiva».
A su juicio, no se puede aconsejar algo más a la ciudadanía que no sea «no reunirnos o intentar hacerlo de la forma más austera posible». «La verdad es que mi primera impresión es que hay demasiadas normas y al final se difumina el mensaje. Se debería intentar restringir al máximo la movilidad y las reuniones y eso, desde el punto de vista de las medidas, queda muy poco difuminado».
Ha puesto como ejemplo el aval para que se reúnan hasta diez personas en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, lo que supone que pueden mezclarse personas de diferentes entornos. Su reacción a esto es pensar que «al final nos ponemos nosotros mismos trampas al solitario«.
«Ya conocemos la infección y el mensaje debe ser claro. Esta es una infección que cuando estás infectado puedes infectar a otro sin tener síntomas. La transmisión puede ser muy efectiva y fuera de las burbujas de convivencia pueden campar las infecciones a su antojo», ha insistido.