Turquía genera más confianza que España para organizar unas olimpiadas

El COI considera que la corrupción y la crisis económica generan más incertidumbre que la inestabilidad turca

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Decepción olímpica y golpe en la línea de flotación de la marca España. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha descartado la candidatura de Madrid a las primeras de cambio. Es la tercera vez consecutiva que se apea de las votaciones. En el cónclave pasado, cuando se seleccionó a Rio (Brasil), España llegó a la final. Esta vez ni siquiera ahí. Tokio organizará los juegos del 2020 a pesar de la crisis medioambiental que se arrastra desde la fusión de los reactores de la central de Fokushima por un maremoto.

El riesgo nuclear parece un mal menor comparado con la situación económica española y la corrupción que perturba la vida pública del país. Incluso la deriva política en Turquía, inestable per se y agravada, además, por el conflicto en Siria –con 900 kilómetros de frontera común—, cosecha más confianza que España entre los 103 miembros que entregan el ticket olímpico cada cuatro años.

El discurso económico de Rajoy no cala

En la defensa de Madrid, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), ha echado mano de los brotes de invernadero de la economía española para defender las opciones de la capital. Las exportaciones y el ajuste “estructural”, “superior al de cualquier otra economía avanzada” han permitido al jefe del Ejecutivo sacar pecho, aunque sin éxito. El COI no se ha creído la recuperación que vende desde hace semanas.

Ni las cifras de récord que España ha registrado en 2013 en el número de visitantes internacionales, 58 millones en nueve meses, han servido de aval. La inyección económica aunque es potente, entre enero y junio los turistas han aportado al país 19.000 millones –prácticamente el equivalente a dos puntos de producto interior bruto (PIB)—, enmudece, a juicio del COI, frente a otras magnitudes de la economía: la elevada deuda es un lastre para las olimpiadas.

De bruces contra el dopaje

En el turno de preguntas los integrantes con derecho a voto apuntaban hacia esas incertidumbres. La dudas sobre el dopaje y la financiación del proyecto copaban los reproches con los que la delegación española ha tenido que lidiar. El presidente de la candidatura, Alejandro Blanco, ha intentado tranquilizar al auditorio en lo relativo a la limpieza deportiva de los juegos.

“España está a la altura de los países que más luchan contra el dopaje, no sólo por el número de controles, sino gracias a la ayuda del Gobierno y de los atletas”. Blanco ha recordado que el país ha tenido problemas debido al endurecimiento de la ley antidopaje. “Nos hemos adaptado a todas las exigencias y la operación Puerto surge de la tolerancia cero hacia esta lacra”.

Alberto, otra vez

El príncipe Alberto de Mónaco ha vuelto a azotar a España, como hizo en la elección de la sede de 2016. Juan Antonio Samaranch Jr ha contestado las preguntas financieras con un “no podemos utilizar el dinero de los ciudadanos para hacer grandes inversiones. Lo que hemos hecho es un ejemplo de que se pueden tener unos juegos con un presupuesto sensato». El COI no lo ha creído así.

Ismael García Villarejo

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