El PP se queda solo defendiendo los cruceros y la libertad turística en Barcelona
Xavier Trias aboga por una defensa del sector, pero reniega de los cruceristas de tránsito, mientras que los comunes, el PSC y ERC insisten en la regulación
El turismo representa casi un 20% del PIB de Barcelona. De la turismofobia, a la regulación o la libertad de acción del sector, la presencia de viajeros en la capital catalana siempre ha suscitado un debate, que con las elecciones al caer y una temporada de verano que se pronostica de récord, está más vivo que nunca. En este contexto, el PP se queda solo como el único partido que defensa íntegramente los cruceros y la libertad de acción del sector turístico, mientras que los demás candidatos a las municipales abogan por regularlo y limitarlo en mayor o menor medida.
«Barcelona será una ciudad turística o no será», ha reclamado este lunes el alcaldable de los populares, Daniel Sirera, en un debate electoral centrado en la economía de la ciudad organizado por PIMEC. Sirera ha acusado al gobierno actual, configurado por los comunes de Ada Colau y el PSC, de practicar «turismofobia» y ha abogado por explicar a los vecinos «que necesitamos a los turistas». El expresidente del PP catalán ha asegurado que, si gana las elecciones, eliminará el recargo municipal de la tasa turística que «empeora la competitividad del sector», levantará la moratoria hotelera que prohíbe la construcción de nuevos alojamientos e incentivará una descongestión de las zonas más céntricas, potenciando áreas más alejadas como el Paral·lel o Montjuic.
Sobre los polémicos cruceros de tránsito, los que hacen parada en la ciudad de entre cuatro y seis horas y están en el ojo de mira por supuestamente saturar espacios, Sirera mantiene que «todos los viajeros convienen». «Si vienen a comprar y les gusta Barcelona, volverán», ha sentenciado.
Mientras, el resto de formaciones le han hecho la cruz a este tipo de cruceristas. Sobre el resto de la actividad, el candidato de Junts per Catalunya, Xavier Trias, (aunque se presenta bajo la candidatura Trias per Barcelona con el fin de distanciarse de algunas de las ideas del partido) ha mostrado la postura más cercana al popular y a los intereses de los empresarios, expresando una necesaria «una defensa del turismo», sobre todo el sostenible, familiar, cultural, deportivo y de negocios, así como de potenciar «la competitividad dentro del sector». Por otro lado, también ha expuesto que los ayuntamientos «no pueden demostrar públicamente que están en contra del sector», en alusión tanto a Colau como al socialista y hasta hace poco teniente de alcalde, Jaume Collboni.
Tras ser apelada directamente, la actual alcaldesa ha repicado al exconvergente que la turismofobia de algunos barceloneses la provocó la «barra libre» existente durante su mandato. La candidata de Barcelona en Comú ha retirado que el turismo es «un activo muy importante, pero que se debe de regular», y ha elogiado sus propias políticas, como la limitación de los pisos turísticos, mientras que ha añadido que tienen un «modelo de ciudad reconocido a nivel internacional». «Queremos turismo, pero de calidad», ha matizado y ha puesto la Copa Amárica o la Biennal Ciutat i Ciència como ejemplos.
Por su parte, Collboni ha mantenido una postura cercana a su antigua socia de gobierno y ha defendido que han conseguido «un equilibro» entre «la barra libre y la turismofobia» combatiendo «ilegalidades como los pisos de alquiler, el bicitaxi o el top manta». El socialista ha asegurado que los 50 millones de euros que reporta a la ciudad la tasa turística se han destinado apolíticas de trasporte y fomento de turismo «pagadas por los propios turistas».
El último candidato presente en el debate organizado en el Born Centre de Cultura i Memoria, ha sido el actual concejal de ERC, Ernest Maragall. El republicano ha instado a «gobernar el turismo» para evitar que Barcelona sea una ciudad «low cost» y ha criticado al gobierno actual de ser «incapaz» de hacerlo. «Pasee por la ciudad y dígame si esto es equilibrio», le ha recriminado a Collboni, mientras que ha añadido que hay que «combatir los efectos secundarios que provoca en algunos barrios».
Más allá del turismo, el debate se ha centrado en otros temas cadentes en la ciudad como la atracción del comercio, de inversiones e innovación, movilidad y, como no podía ser de otra forma, la ampliación del Aeropuerto de El Prat. Las posturas en este tema poco han cambiado en los últimos meses: Collboni va de la mano de Aena, Colau no quiere ni escuchar hablar del tema, Maragall y Trias piden que el ayuntamiento y la Generalitat puedan decidir y Cirara dice que apoyará la propuesta que salga de la comisión de debate impulsada por Foment del Treball.