El TS espera la entrega por parte de Italia
Fuentes del alto tribunal reconocen que ahora se plantea un escenario incierto que pasa por el diálogo entre los tribunales italianos y españoles
La detención de Carles Puigdemont en Cerdeña pone en marcha un proceso judicial que, si da sus frutos, terminará con la entrega del expresident a la justicia española para que sea juzgado por el Tribunal Supremo.
Sin embargo, fuentes del alto tribunal han reconocido en declaraciones a El País que ahora se plantea un escenario un tanto incierto que pasa por el diálogo entre los tribunales italianos y españoles.
El primer paso para que el dirigente de Junts sea procesado en España ya está dado. Anoche el magistrado Pablo Llarena, encargado de la causa del procès, remitió a Italia un documento en el que reclamaba a Puigdemont por los delitos de sedición y malversación.
La pelota está en el campo de la justicia del país transalpino, que debe revisar las acusaciones y decidir si lo entrega. Para ello tendrá un plazo máximo de 60 días. La justicia italiana no dispone de un delito de sedición, sino uno de subversión del orden democrático que es el que se ha aplicado a terroristas fascistas
Este viernes por la mañana Puigdemont será puesto a disposición de los jueces de la Corte de Apelación de Sassari, que es el órgano competente para decidir la puesta en libertad o su extradición. El expresidente está asistido por su abogado, Gonzalo Boye, y un equipo de abogados italianos.
El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) afirmó en su resolución de julio que la pérdida de inmunidad del expresident no permitía que las autoridades belgas “o de cualquier otro estado miembro” pudieran “ejecutar las órdenes de detención europeas” dictadas contra los eurodiputados independentistas y “entregarlos a las autoridades españolas”.
Era así porque todavía estaba pendiente de que se resolviera una cuestión planteada por el magistrado sobre la interpretación que hizo Bélgica de las euroórdenes, por la que rechazó la entrega del exconseller Lluís Puig.
El Supremo defiende que la euroorden estaba paralizada
Los magistrados del Tribunal Supremo consideran que la euroorden que se tramitaba en Bélgica estaba paralizada mientras el Tribunal de Justicia de la UE resolvía la cuestión prejudicial planteada por el juez Llarena, según han explicado fuentes del órgano al citado diario.
No obstante, estaba paralizada en Bélgica, pero no impedía que se pusiera en marcha otro procedimiento si Puigdemont era detenido en otro país.
Si es entregado a España, lo lógico sería que Llarena dictara prisión provisional para Puigdemont, tal y como ocurrió con el resto de líderes independentistas que cumplieron parte de su condena antes de ser indultados por el Gobierno.