Tres exconsellers explican por qué abandonaron a Puigdemont
Los exconsellers Jané, Ruiz y Baiget declaran en el Supremo que no veían clara la escalada de tensión entre la Generalitat y la Moncloa
Tres de los cuatro consellers a los que el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont reemplazó en la crisis de su gobierno de julio de 2014 admitieron este martes ante el Tribunal Supremo que dejaron sus cargos porque preveían la deriva unilateral que tomaría el ejecutivo catalán.
Lo hicieron, eso sí, con la boca pequeña, sin mentar explícitamente ni el 1-O ni tampoco la vía unilateral, de la que repitieron que nunca se habló en el seno del govern mientras ellos formaron parte del mismo. Ese es el guión al que se ciñeron Jordi Jané, Meritxell Ruiz y Jordi Baiget, que tuvieron a su cargo, respectivamente, las carteras de Interior, Empresa y Educación, y a los que este Sant Jordi les tocó declarar en el juicio del procés.
Baiget fue el primero en caer, como consecuencia de una entrevista en El Punt Avui en la que abogaba por acabar haciendo algo parecido al 9-N; decía que no formaba parte del núcleo duro que tomaba las decisiones en el seno del govern ni se le consultaba la estrategia, y añadía que aceptaría ir a la cárcel como consecuencia de una eventual desobediencia al Tribunal Constitucional (que en aquellas fechas ya había hecho varios requerimientos a la Generalitat), pero que otra cosa sería si le tocaran el patrimonio, porque eso podría afectar a su familia.
Baiget fue cesado al día siguiente, por “falta de confianza”, según esgrimió en su momento Puigdemont y recordó este martes el exconseller. Poco después, el president completaría la remodelación relevando a Ruiz, Jané y Neus Munté, que ya declaró en marzo en una línea muy similar a la de sus tres excompañeros de gabinete.
En línea con las defensas
Como Munté, los otros tres remarcaron que nunca se habló de la posibilidad de recurrir a la vía unilateral, sino que siempre el objetivo fue buscar el acuerdo con el Estado, un planteamiento en consonancia con la línea argumental de las defensas de los miembros del govern Puigdemont ahora procesados. Y, como ella, admitieron, eso sí, que no se sentían cómodos con los visos que tomaban los acontecimientos.
Jané y Ruiz, trataron en todo caso de relativizzar el peso de la deriva política en su decisión de irse a casa, alegando razones personales y también que consideraban que ya habían cumplido sus objetivos en el ejecutivo. Al exconseller de Interior, el primero en declarar, el presidente del Tribunal, Manuel Marchena, le llamó la atención para que fuera al grano, y el testigo acabó admitiendo a preguntas de la fiscalía que prefirió «no conitnuar» por si se daba el escenario de un referéndum unilateral.
Por la tarde, fue el turno de Ruiz y Baiget. La exconsellera admitió que «era evidente» que, ante la falta de acuerdo entre la Generalitat y la Moncloa, «incrementaría la tensión dialéctica» entre ambos, y que ella en ese escenario «podía aportar poco» porque tenía «un perfil muy técnico».