Torrent llevará al precipicio el plan B de Puigdemont

Torrent propone a Jordi Sànchez como candidato a la investidura a pesar de no tener los votos suficientes para ser escogido presidente de la Generalitat

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Jordi Sànchez, encarcelado en Soto del Real, no tiene garantizados los votos necesarios para ser escogido presidente de la Generalitat, pero el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha decidido proponer su candidatura para someterla a investidura y, así, poner a prueba al juez Pablo Llarena (que debería autorizar su puesta en libertad) y a la CUP.

Después de completar a lo largo de este lunes una ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios y de comprobar que Sànchez, ungido por Carles Puigdemont como su sucesor, cuenta con el apoyo de Junts per Catalunya (JpC) y de ERC, Torrent firmó la propuesta del nuevo candidato tras el paso atrás del líder huido a Bélgica.

Esquerra se resistía en un principio a avalar la figura de Sànchez y amagaba con proponer a Oriol Junqueras, pero la CUP le ha hecho el trabajo sucio a los republicanos, que ahora sí apoyan sin fisuras al expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), a pesar de que su encarcelamiento imposibilita prácticamente su objetivo de «gobierno efectivo».

A la espera del TC

Torrent ha tomado la decisión de someter a Sànchez a investidura pocas horas antes de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre cuándo deben activarse los plazos para unas nuevas elecciones. Todo ello abre un nuevo escenario. Para comenzar, el presidente del Parlament traslada nuevamente al juez Pablo Llarena la decisión de excarcelar (al menos durante unas horas) a Sànchez para que pueda asistir a la sesión en el hemiciclo. Y para continuar, deja en manos de la CUP la elección del presidente de la Generalitat.

El bloque de JpC, ERC y la CUP suma 70 escaños, pero sólo tiene 68 votos operativos (puesto que Carles Puigdemont y Toni Comín no tienen autorización para votar debido a su huida a Bélgica). De estos 68 votos, 4 corresponden a la CUP, que, según asegura, piensa abstenerse hasta que haya un candidato comprometido con la implementación de la República catalana. Es decir, que la candidatura de Sànchez suma en estas condiciones un un total de 64 escaños.

La abstención de la CUP hace inviable la elección de Sànchez, puesto que los grupos no independentistas (Ciudadanos, PSC, Comunes y PP) suman un total de 65 escaños. Si las cuentas no varían, Sànchez no saldría investido presidente, pero sí que se activaría la cuenta atrás de dos meses para celebrar de forma automática elecciones en el caso de que la mayoría soberanista no lograra llevar adelante un plan C en este plazo.

Junts per Catalunya tiene a Jordi Turull hace tiempo en la recámara y ERC asume su nombre igual que cualquier otro que proceda de la candidatura de Puigdemont porque así lo estipulan sus repartos de poder. El problema vuelve a ser la CUP, que exige desobediencia e implementación de la República independendiente.

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