Torra y Puigdemont atacan en Bruselas a las autoridades europeas

El president y su antecesor convierten su charla en Bruselas en un ataque a Tajani y la Comisión Europea y exigen una mediación internacional

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su antecesor, Carles Puigdemont, convirtieron este lunes su conferencia conjunta en Bruselas en una durísima andanada contra el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, por haber prohibido que la charla se celebrara en las instalaciones de la eurocámara alegando motivos de seguridad. 

Torra y Puigdemont iban a Bruselas a cargar contra el Gobierno de España y el Tribunal Supremo, pero la negativa sobrevenida de Tajani a autorizar la conferencia amplió el campo de batalla. Y, de denunciar al Estado español se pasó a criticar también a las instituciones europeas. 

President y expresident acudían invitados por el nacionalista flamenco Ralph Packet y el también eurodiputado y exministro esloveno Ivo Vajgl, que ya en la introducción de la charla, celebrada finalmente en el hotel Steigenberger Wiltcher’s de Bruselas, cerraron filas con las tesis independentistas.

Ataques a Tajani y la Comisión Europea

Después, fue el presidente de la Generalitat el que abrió el fuego, acusando a Tajani de haber atentado contra la libertad de expresión, la de reunión y la de información, y de haber convertido el Parlamento Europeo en «un títere» de «la derecha más radical» y del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell. Torra tachó el comportamiento de Tajani de «vergüenza para Europa», e instó » a todos los demócratas que trabajan en las instituciones europeas» a «plantarle cara».

Después, Puigdemont se sumó a los reproches a Tajani y los amplió a otras instituciones continentales, como la Comisión Europea, a las que afeó su «silencio» frente a la forma en la que la policía reprimió el 1-O y frente a la prisión preventiva de los líderes independentistas. «La UE no puede seguir dando amparo a actitudes demofóbicas como la del señor Tajani», zanjó.

Demanda de mediación

Los reproches a la «pasividad» de las instituciones continentales contra lo que el independentismo considera un juicio político van acompañados de una petición, clara. La de que se corrijan, reaccionen y ejerzan de árbitros entre la Generalitat y la Moncloa. «Necesitamos de una mediación internacional», reclamó Torra. «Los derechos democráticos y la autodeterminación han de ser los fundamentos de una nueva Europa», postuló Puigdemont, que se ofreció a defender «hasta el último día» un referéndum acordado y reconocido internacionalmente. 

Por lo demás, uno y otro se dedicaron a insistir en describir España como un estado democráticamente podrido, para lo cual, además de los argumentos habituales, Torra, más duro que Puigdemont, recuperó incluso el planteamiento, ya en desuso, del «España nos roba», y volvió a remitirse a ese «drenaje fiscal» de 16.000 millones anuales al que, según las cuentas del independentismo, se somete a Cataluña.

Torra, de hecho, se mostró mucho más beligerante que Puigdemont, y se mostró dispuesto a asumir las consecuencias de un nuevo desafío al Estado. «Si el precio de defender nuestra libertad, los derechos de nuestro pueblo y el derecho de autodeterminación es mi libertad personal, yo pagaré ese precio», aseguró.

Pulso con Junqueras

Al fin y al cabo, es difícil no ver en la conferencia a dos voces también una maniobra para pugnar con Oriol Junqueras por el liderazgo del independentismo, teniendo en cuenta que se da apenas cuatro días después de la reaparición en público del presidente de ERC con una declaración ante el Supremo que optó por convertir en un mitin que le permitiera recuperar posiciones como líder del independentismo, y que en los próximos tres meses el independentismo tiene una triple cita con las urnas en las generales, las municipales y las europeas.

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