Torra se niega a pagar las facturas que debe a Colau a cambio de su apoyo
El Ayuntamiento de Barcelona le reclama 350 millones a la Generalitat, pero no consigue arrancarle ningún compromiso para reconducir la situación
El único compromiso que Ada Colau le arrancó a Quim Torra el pasado 18 de junio en la primera reunión entre la alcaldesa de Barcelona y el presidente de la Generalitat fue que celebrarían nuevas reuniones. La primera de ellas, la de la comisión mixta Ayuntamiento-Generalitat, se ha celebrado este miércoles, pero Colau, que llevaba al encuentro una larga lista de peticiones, ha vuelto a salir del Palau con las manos vacías.
El gobierno municipal cifra en 350 millones el total de aportaciones que la Generalitat ha dejado de destinar a servicios básicos en Barcelona desde 2012, pero por ahora tendrá que seguir esperando, porque sus nuevos vecinos de la plaza Sant Jaume siguen exhibiendo en cada reunión buen talante y poco más. Esta ha durado más de tres horas y ha sido la mar de «cordial», pero también estéril, según ha admitido la propia Colau.
Y eso que la misma alcaldesa, en línea con la postura defendida en el Parlament por Catalunya en Comú Podem, ya ofreció su colaboración al ejecutivo de Junts per Catlaunya (JpC) y ERC en todo cuanto se refiere a la reactivación del Diplocat, la recuperación de leyes sociales bloqueadas en el Tribunal Constitucional o la reclamación al gobierno español más dinero para la Generalitat, entre otras cuestiones.
Torra culpa al Gobierno
Pero el planteamiento del gobierno catalán es lapidario: sus bolsillos están vacíos, porque a él también le debe dinero el ejecutivo central. «Somos conscientes del esfuerzo municipal», ha dicho la portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, pero solo para luego rematar: «En el mismo período en que el Ayuntamiento perdía 60 millones al año, la Generalitat perdía 10.000 en aportaciones del estado».
Colau ha dicho que «esperaba más de la reunión», la primera de la comisión mixta que se celebra desde 2016, y que ha estado presidida, por el lado municipal, por la propia alcaldesa, que acudía arropada por la mitad de los concejales de su gobierno, y, por el lado del gobierno catalán, por Artadi, a la que acompañaban los números dos de cada conselleria.
Colau quiere un calendario
«Somos conscientes de la falta de normalidad política y de que el gobierno solo lleva dos meses, pero, a nivel de compromisos, está todo por hacer», ha lamentado la alcaldesa. Colau ha admitido que no cuenta con que la desinversión de la Generalitat se corrija de forma inmediata, pero sí ha pedido que, como muestra de «buena voluntad», en la próxima reunión, prevista para otoño, al menos «se concrete un calendario, aunque sea aproximado».