Torra se conforma con haber podido «hablar de todo» con Sánchez
Torra celebra que Sánchez admita que "hay un problema político" y el restablecimiento de relaciones, pero no invitará al rey al aniversario del 17-A
«Ha sido una reunión larga, sincera y con un diálogo franco». Así ha sintetizado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, su primera reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Torra no ha sacado nada en claro del encuentro respecto de su reivindicación central, la de un referéndum de autodeterminación, pero como eso ya se sabía que sería así, ha preferido ver el vaso medio lleno. De manera que el president ha optado por celebrar el restablecimiento de las relaciones con el Ejecutivo central, y el hecho de haber podido «hablar de todo» con Sánchez, al que, a falta de algo mejor, dice que ha visto «dispuesto a escuchar».
Torra ha admitido que Sánchez no le ha dado ninguna alternativa a su propuesta en clave independentista. «No me ha concretado el proyecto del PSOE para Cataluña ni la solución que propone a nuestra reivindicación», ha dicho. De los procesados independentistas también se ha hablado, pero Torra ha insistido en que no serán objeto de ninguna negociación.
Pese a reconocer que su proyecto y el del Gobierno difícilmente podrían ser más «opuestos», el president ha querido darle valor a la reunión por el mero hecho de haberse celebrado, en línea con lo expresado también tras la reunión por la Vicepresidenta Carmen Calvo.
El president se aferra al reconocimiento del Gobierno de que en Cataluña «hay una crisis política que requiere de una solución política»
Torra se aferra al reconocimiento del Gobierno de que en Cataluña «hay una crisis política que requiere de una solución política», tal y como ha tuiteado Sánchez -en castellano y también en catalán- a la finalización del encuentro. Y, por ahora, se conforma con eso, porque la Generalitat entiende que ese planteamiento implica el compromiso de buscar una salida también en términos políticos a sus reivindicaciones independentistas.
A la práctica, eso solo supone dar una patada hacia adelante al insuperable desencuentro respecto del derecho de autodeterminación. Pero la cuestión es que unos y otros ganan tiempo. Mientras tanto, se insiste en el entendimiento para levantar el veto a leyes sociales bloqueadas en el Tribunal Constitucional, y en la reactivación de la comisión bilateral Generalitat-Estado y otros tres grupos de trabajo en el marco de los cuales se abordarán cuestiones competenciales y en materia de financiación e inversiones.
Veto al rey en la conmemoración del 17-A
Lo otro, el camino a la independencia, o el «elefante en la habitación», en definición del propio Torra, seguirá trabajándose, sobre todo, en el ámbito de la retórica. Así las cosas, el Ejecutivo catalán de Junts per Catalunya (JpC) y ERC seguirá abonado a gestos más o menos simbólicos, de la moción rupturista de la CUP que el Parlament aprobó el viernes, y que el Gobierno ya ha anunciado que impugnará, al veto al rey.
Torra, en ese sentido, ha anunciado que la Generalitat no invitará al monarca a la conmemoración del primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils, a la que sí asistirá el Gobierno, asistencia que unos y otros han vendido este lunes como un acuerdo surgido de la reunión.