Todo lo que se juega Junqueras con los presupuestos catalanes
El vicepresidente del Govern desea prestigio, imagen de buen gestor y capacidad política para encararse después con el gobierno español, pero todo eso depende ahora de la CUP
No hacía ninguna falta recordarlo, pero, por si acaso, los diputados anticapitalistas Anna Gabriel y Joan Garriga reiteraron este miércoles al presidente y al vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, que no se echaran atrás en la enmienda a la totalidad de los presupuestos y que, si de veras quieren su voto a favor, deberán presentar otras cuentas.
En un comunicado, la CUP insistió en que «no tiene ningún sentido someter a votación» los presupuestos de Junqueras en el pleno del próximo martes porque «no prosperarán».
No obstante, Junqueras está decidido a poner toda la carne en el asador, a ofrecerles nuevas propuestas, que se siguen negociando con los anticapitalistas y que se plasmarían en la Ley de acompañamiento de los presupuestos.
Junqueras se juega mucho con estos presupuestos, no solo el prestigio personal, su imagen de gestor concienzudo, sino su liderazgo económico y el poder político que le conferiría tener unas cuentas aprobadas con la CUP para enfrentarse luego a los ministros del gobierno español.
Junqueras presenta sus cuentas a las patronales y a los sindicatos
En esta cruzada en favor de sus presupuestos, Junqueras los presenta este jueves a las principales patronales catalanas: Fomento del Trabajo, Pimec y Cecot; así como a las dos grandes centrales sindicales, UGT y CC.OO. En este encuentro, Junqueras acudirá acompañado del secretario de Economía, Pere Aragonès, y de la directora general de Presupuestos, Anna Tarrach.
En el entorno de Junqueras se asegura que todavía «hay margen» para el acuerdo con la CUP, aunque se está agotando el tiempo y la paciencia en el interior de Junts pel Sí.
Un asesor del vicepresidente económico advertía a Economía Digital que, si no se aprueban los presupuestos, «quién se pondrá más contento será Montoro» porque el gobierno catalán no podrá gastarse todo lo que había previsto y, por tanto, no podrá ejecutar todo el plan de choque social ni poner en marcha las estructuras del estado.
El estado de fuerzas entre CDC y ERC
De todo ello dependerá el mapa político en Cataluña a medio plazo. Y Junqueras lo sabe perfectamente.