Temor en el PP por las altas expectativas para el 19J andaluz: «Vamos demasiado bien»
"Fíjate cómo empezó y cómo terminó Castilla y León", comenta un diputado andaluz en conversación con Economía Digital.
El Partido Popular todavía anda incrédulo: cuando apenas faltan unas horas del inicio oficial de la campaña andaluza, y el pulso de la calle y el panorama que dibujan las encuestas parecen que llevan a su candidato, el actual presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a hombros hacia la reválida, las voces dentro de la organización piden mesura. Calma, mucha calma, y «ninguna confianza».
Estas elecciones del 19 de junio son la primera prueba de la maratón que puede acabar con Alberto Núñez Feijóo, el flamante presidente nacional, en la Moncloa. Pero no sólo es el número de escaños que puedan conseguir en el Parlamento andaluz la única incógnita de la ecuación. Porque el PP necesita saber qué hará Vox, pero no quiere darle ni media palabra en sus discursos. Ni en público ni en privado.
En el Partido Popular, tanto en la matriz nacional como en la delegación andaluza, saben que una campaña puede torcerse rápidamente, y lo tienen demasiado cercano. «Fíjate cómo empezó y cómo terminó Castilla y León», comenta un diputado andaluz en conversación con Economía Digital. Y también saben lo que es ganar las elecciones, pero no ser suficiente: sobrevuela el fantasma de Javier Arenas en 2012, cuando quedó en primer lugar con 50 escaños pero no consiguió sumar.
Miedo a que se confíen
«Vamos demasiado bien», suspira en privado un líder de la primera línea nacional. Y por eso los mensajes públicos del partido se afanan esta semana, justo antes de entrar en la campaña en sí, en recordar que las encuestas «no son nada». Este mismo lunes, el coordinador general del PP y director de la campaña de Juanma Moreno, Elías Bendodo, aducía que los sondeos «sólo deben servir de acicate para servir trabajando. Nada está ganado«.
Tienen miedo de que los suyos y sus votantes se confíen, «porque las encuestas son muy buenas», deslizan fuentes del PP andaluz. «La gente tiene que ir a votar. Y el PSOE es mucho PSOE, no se nos olvide», alegan otros miembros de la organización consultados por este periódico.
Sin embargo, y por muchas llamadas a la templanza que se hagan -«Una encuesta es un PCR de este momento, no del día antes ni después», metaforizaba Bendodo en su rueda de prensa en Madrid de este lunes-, los populares se ven fuertes. La mayoría absoluta, si no se consigue, se rozará. Y eso significa obtener más representación solos que toda la izquierda junta.
Vox: ni caso ni desmerecerlo
Así, no hace ni falta contar con Vox. Desde luego, no en un Gobierno de coalición, por mucho que ellos les reten con bloquear una posible investidura de Moreno, llegado el momento.
La fórmula mágica, repetida hasta la saciedad por los cargos populares, según ha atestiguado este periódico, pasa por no hacer caso a la extrema derecha. Ni entrar al trapo, ni desmerecerlos. Sencillamente, el PP está en otra liga: la de la gestión, la de la moderación, la de la bajada de impuestos. El resto, ruido.
Y para que se pueda notar de primera mano, así como que el Gobierno andaluz no es ningún gobierno delegado de Madrid, el PP ha decidido aplicar el método de las mayorías amplias de sus últimos tiempos: el llevado a cabo por el propio Núñez Feijóo en Galicia y por Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
Andalucía y autonomía
No es otro que la autonomía. O la libertad, según se quiera encuadrar en los discursos ideológicos de los dos líderes populares. Y así, Juanma Moreno limitará al presidente de su partido y la secretaria general las apariciones del PP, y sólo coincidirá una vez con Feijóo. Los número 1 y 2 del partido tendrán agendas separadas, que cubrirán las 8 provincias andaluzas –Huelva y Córdoba para Cuca Gamarra; el resto, para Feijóo-.
«Hablar de Andalucía y de moderación», deslizan desde el entorno del presidente andaluz a Economía Digital. Corregir lo aprendido en Castilla y León, donde todo se embarró y las apariciones de personajes de la política nacional desviaron el debate. Si hablan de gestión, creen que no tienen competencia. Menos, de Vox.
Porque este partido se juega en el campo de la derecha, para ellos. Moreno necesita lograr la cuadratura del círculo, y desde su equipo lo saben. Están llenando los aforos de sus mítines precampaña, que son sensiblemente superiores a los de sus competidores, y aunque todo apunta a que no habrá imágenes de plazas de toros repletas -por la inclemencia metereológica de un posible calor abrasador-, tienen el viento de cara. Aunque luchen por no decirlo… ni pensarlo.