Los socios de Sánchez apuntan a Bolaños por la crisis del TC: “Ha sido una cutrez”
"Se puede confiar en Bolaños si no tienes alternativa. Es el único negociador del Gobierno: ese es su poder y su responsabilidad", aseguran a Economía Digital quienes tratan con él
Los coletazos de la paralización que el Tribunal Constitucional ha ordenado de las enmiendas con las que el Gobierno quería reformar el Poder Judicial para forzar su renovación tras el bloqueo han generado una última derivada: el hecho de que en Moncloa nadie viera venir el movimiento ha volcado todas las miradas en el conocido como ministro para todo, la persona que asumió el mazazo en primera persona y que salió a dar la cara en nombre del Ejecutivo poco después de conocerse la noticia, Félix Bolaños.
El ministro de la Presidencia era el encargado de negociar el desbloqueo de los órganos constitucionales con el Partido Popular y quien aseguró a su homólogo popular, Esteban González Pons, que no se tocaría el delito de sedición. Este cambio en los tipos penales fue el que reventó los puentes entre ambos partidos y que llevó a que Moncloa quisiera retocar las mayorías del CGPJ y del TC para poder nombrar a sus dos magistrados en el tribunal de garantías.
Pero el hecho de que finalmente fuera en forma de enmienda y que por ese error de «forma, no de fondo» -se afanan en aclarar las diversas fuentes de la mayoría de la investidura consultadas por Economía Digital– todo se viniera abajo ha conseguido que tanto propios como ajenos muestren apunten a Bolaños como responsable. «Ha sido una cutrez», sintetizan desde uno de los grupos que sostiene la acción del Gobierno.
«Lo de la reforma laboral fue peor»
Bolaños ha tenido diversas responsabilidades en los movimientos de Moncloa en los últimos años, pero quizás sea este curso en el que ha gozado de más importancia, para lo bueno y lo malo. Ha intervenido él en la estrategia alrededor de los indultos a los líderes del procés condenados, aunque la firma fuera del entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, pero, sobre todo y donde más críticos son con él el resto de los socios del Gobierno, es en la geometría variable de la votación de la reforma laboral, que sólo consiguió salir adelante por el fallo del diputado del PP Alberto Casero. «Lo del TC es una cosa pero peor fue lo de la reforma laboral», afirma uno de los dirigentes consultados.
Quienes han negociado con Bolaños lo definen como el hombre de referencia de Sánchez en las negociaciones. «Se puede confiar en él si no tienes alternativa. Es el único negociador del Gobierno, hasta hace poco había diferentes negociadores y ahora sólo está él». Es por ello, porque tiene potestad para volar solo cuando trata con los socios, que es al que le toca asumir los golpes. «Es el responsable. Y eso le da un poder que a la par es su debilidad«, le define uno de sus interlocutores progresistas habituales cuando este periódico pregunta, si bien desde su propia bancada aún no quieren oír hablar de autorías de la estrategia sobre el Poder Judicial.
Desde la oposición se ve de manera similar, pero con matices. En la bancada popular consideran, en privado, que «Bolaños se pasó de frenada», aunque no por jugar con audacia, sino por error de cálculo. «Ni él, ni nadie de nosotros [por la dirección parlamentaria del grupo popular] pensamos que efectivamente el TC, tan presionado como estaba, finalmente lo fuera a parar aunque tuviera toda la jurisprudencia a favor. Contó mal y le salieron los números mal. Y no es la primera vez«.
Estricta confianza de Sánchez
Sin embargo, no es el primer sapo que se traga Félix Bolaños desde que consiguió la confianza de Pedro Sánchez, hace ya algo más de un lustro. Fue secretario general de presidencia del Gobierno entre 2018 y 2021 cuando la titularidad de la cartera la ostentaba Carmen Calvo, y quien pilotó, por ejemplo, la exhumación de Franco allá por el año 2019, donde se encargó del operativo logístico, y fue una de las autoridades presentes junto a la entonces ministra de Justicia y posterior Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, y Antonio Hidalgo, subsecretario del ministerio de Presidencia.
En su anterior etapa, trabajaba mano a mano con el anterior jefe de Gabinete del presidente Sánchez, Iván Redondo, y fue donde se forjó fama de ser un gran técnico. Es licenciado en Derecho, número uno de su promoción tanto en el Curso General de la Abogacía como en el Curso Especial de Derecho Laboral. Antes de llegar a Moncloa trabajaba como el jefe de la División Jurídica Laboral y de Documentación del Banco de España.