Sentencia del ‘procés’: Pedro Sánchez lanza un aviso a Quim Torra
El presidente del Gobierno advierte a la Generalitat que no descarta un nuevo 155 y aboga por "el íntegro cumplimiento" de las penas
Pedro Sánchez ha lanzado este lunes una advertencia a Quim Torra en forma de nuevo amago con el 155 de cara a la respuesta del independentismo a la sentencia del Tribunal Supremo (TS) en la causa del procés.
El presidente del Gobierno aseguró que en los próximos días, el ejecutivo central «garantizará la convivencia y el respeto a la legalidad democrática», lo hará con «proporcionalidad» pero también «con firmeza democrática», lo que comporta, precisó, aplicar la ley «sin excluir ninguna posibilidad».
Es decir, sin descartar ni una nueva intervención, como pide Cs, ni la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, planteada por el PP. De hecho, Sánchez remarcó que espera contar con el apoyo de los grandes partidos a la hora de vertebrar cualquier contrarréplica al independentismo.
Sánchez remarcó también el «profundo respeto y acatamiento» del Gobierno a la sentencia del Supremo, y añadió que ese acatamiento «significa el íntegro cumplimiento» de la sentencia, que condena a Oriol Junqueras a 13 años de cárcel y a otros ocho líderes independentistas a penas de entre 9 y 12 años, dando a entender que no se plantea ni un indulto ni una amnistía.
El presidente en funciones ha elogiado «la labor independendiente» del Supremo, lo ha puesto como ejemplo de la «autonomía» y el «correcto funcionamiento» del poder judicial y ha considerado que la sentencia culmina «un proceso ejemplar» y acredita que los encausados «han ignorado los derechos de la mayoría no independentista» en Cataluña, generando «una fractura en la convivencia», que el principio de la soberanía nacional y la inviolabilidad territorial de la unidad del Estado fue atacado y que el Estatuto fue «atropellado y quebrantado unilateralmente».
Para Sánchez, el fallo del TS certifica «el naufragio» del procés, una apuesta que «ha fracasado» y que «solo deja tras de sí un triste saldo de dolor y enfrentamiento», y cierra una etapa, tras la cual puede una abrirse una nueva, dijo, basada en «la concordia» siempre que se dejen de lado «los extremismos».
El presidente ofreció en ese sentido mano tendida, pero siempre que la Generalitat y el Parlament viren el rumbo de colisión en el que están instalados y asuman «la responsabilidad de representar al conjunto de los catalanes». Una condición que Sánchez sabe, como cualquiera, que ni el ejecutivo de Torra ni la mayoría independentista están por la labor de cumplir.