Sedición, la piedra en el zapato de Sánchez: ERC fía su sí a las cuentas a la reforma
Moncloa se compromete a llevarlo a cabo si hay mayoría parlamentaria y ERC insiste en que "se habla y se hablará. De todo. Sólo nos damos más tiempo entre todos"
La reforma del delito de sedición, una de las piedras angulares de las negociaciones que Esquerra Republicana (ERC) mantiene con el Gobierno, vuelve a estar sobre la mesa tras dar los republicanos un balón de oxígeno a Pedro Sánchez con su primer sí a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Las cuentas públicas atraviesan su tramitación parlamentaria y han salvado su primer escollo: no caerán en el debate a la totalidad de la próxima semana gracias a ERC, PNV y Bildu.
Aunque en el comunicado con el que Esquerra ha anunciado que no presentaría una enmienda total tan sólo mencionaba como reclamaciones para la negociación «medidas estructurales exigentes en materia de vivienda, cambio de modelo energético, una adecuada financiación autonómica y local y reformas fiscales para paliar la situación de emergencia social», además de reclamar el cumplimiento de las inversiones en infraestructuras en Cataluña y el establecimiento de cumplimiento de las inversiones presupuestadas en Cataluña, fuentes de la dirección de ERC aseguran a Economía Digital que la reforma del delito de sedición sigue sobre la mesa y que no se renuncia a ella.
«Se habla y se hablará. De todo. Sólo nos damos más tiempo entre todos«, han argüido las voces consultadas por este periódico. El compromiso para los republicanos es ineludible, y no es algo que estén dispuestos a saltarse.
Sánchez dice sí si hay mayoría parlamentaria
En Moncloa se ha apreciado el gesto de ERC, aunque buscan, desesperadamente, desligar este asunto de la negociación presupuestaria. Fuentes socialistas alegan a que sólo discutirán «leyes en tramitación», en referencia a la ley de Vivienda o la Ley Mordaza. Además, la postura del Gobierno sobre el delito de sedición está mucho más cerca de rebajarlo que de eliminarlo, como aspira ERC al ser una de las banderas del independentismo tras la sentencia al procés.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha manifestado a este respecto. A sus ojos, su posición es conocida y España «tiene un Código Penal que en algunos delitos no es homologable» a otras democracias europeas. «No es algo que diga la política, lo dicen los propios penalistas», ha afirmado en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Europeo.
Por ello, la reforma de sedición piensa el presidente que «no puede ser un ejercicio de teoría sino que se tiene que fraguar en las Cortes y por tanto necesitan apoyos». «A día de hoy no parece que los tengamos», zanjó Sánchez, pero dejando la puerta abierta: si esa mayoría parlamentaria «se produce», el Gobierno cumplirá con ese compromiso. Porque la negociación sigue, y el capital político a ganar aprobando sus terceros PGE en la legislatura es un premio demasiado jugoso con unas elecciones generales a un año visto.
Los números de Sánchez
Lo cierto es que la geometría parlamentaria, aunque viene siendo la habitual desde que Sánchez llegó, siempre es arriesgada. En este caso, siete partidos que sí han registrado su rechazo total al proyecto de Presupuestos Generales del Estado-PP, Vox, Cs, Junts, CUP, Foro Asturias y los dos exdiputados de UPN, Carlos García Adanero y Sergio Sayas-. Pero el Gobierno se ha garantizado para el jueves, día de pleno en el Congreso en el que se refrendarán, al menos 187 votos contrarios a las enmiendas a la totalidad. Son, claro, de PSOE, Unidas Podemos, ERC, Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe.
Coalición Canaria (2 diputadas) y BNG (1) se sitúan, por el momento, en la abstención. Pero esta votación es distinta la habitual, porque el debate a la totalidad se hace de manera conjunta. Todo se vota a la vez, y Sánchez corría el riesgo de que los noes de ambos bloques se sumasen si ERC, PNV o Bildu hubieran presentado su enmienda a la totalidad. Así las cosas, serán 159 votos para tumbar los PGE de los 346 que se utilizan en el día a día del Congreso.
El calendario de los PGE
El Pleno para el debate de totalidad será este miércoles 26 de octubre a las 12:00 horas, con la presentación del proyecto por parte de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Después intervendrán los portavoces de los partidos que sí han rechazado frontalmente las cuentas, en orden de mayor a menor, seguidos de sus homólogos de los grupos que no han presentado enmiendas a la totalidad, también en orden de mayor a menor. Finalmente, ya previsiblemente el jueves, vuelve a intervenir Montero para cerrar el debate.
Las enmiendas a la totalidad se someten a una única votación conjunta. Sánchez ya tiene atados los síes, por lo que continúa la tramitación. En el hipotético caso contrario, se retiraría el proyecto y se mantendrían prorrogados los PGE vigentes. Pero es sólo el primer paso: la negociación de verdad con los socios comienza ahora, dado que se abre el plazo para presentar enmiendas al articulado y a las secciones. Será posible hacerlo hasta el viernes 28.
De ahí al 11 de noviembre, la ponencia de la Comisión de Presupuestos redactará su informe, que se debatirá y que tendrá que dictaminar el proyecto de ley antes del 19 de noviembre. Ese dictamen se debatirá en el Pleno del 21 al 24 de noviembre, donde los ministros presentan sus partidas y se debaten y votan las enmiendas al articulado y las secciones no incorporadas en las fases anteriores y que los grupos hayan solicitado mantener vivas.
Justo antes de fin de año
El debate y votación se realiza diferenciando el articulado del proyecto y cada una de sus secciones. Si todas reciben el respaldo de la mayoría simple, más votos a favor que en contra, el proyecto se remite al Senado, donde estará máximo un mes y donde los grupos parlamentarios pueden presentar enmiendas al articulado y las secciones y propuestas de veto. El debate y votación de estas últimas se realizará en un Pleno previo al debate en Comisión de las enmiendas al articulado y las secciones.
En caso de que se produjera cualquier modificación en el texto remitido por la Cámara Baja, o si se aprueba un veto a los Presupuestos, estos tendrían que volver al Pleno del Congreso, para que decida si mantiene o revoca los cambios o, en su caso, levanta el veto. Si la Cámara Alta no incluye modificaciones, los Presupuestos Generales del Estado quedarían definitivamente aprobados, y listos para ser publicados en el Boletín Oficial del Estado y entrar en vigor, justo antes del cambio de año.