Sectores de Junts piden a la dirección que revise el pacto con ERC en la Generalitat
Las últimas declaraciones de Joan Ignasi Elena, vinculando un alcalde juntero de Lleida a la extrema derecha, acentúan la presión hacia Jordi Turull y Laura Borràs
Agosto no ofrece ninguna tregua en la batalla interna de los principales partidos independentistas, Esquerra Republicana y Junts per Catalunya. Unas declaraciones de Joan Ignasi Elena, consejero de Interior (ERC), en un acto de partido en el municipio de Alcarrás (Lleida), vinculando el alcalde de Junts a la extrema derecha, han vuelto a encender el fuego cruzado de los dos socios de gobierno en la Generalitat.
Más allá de los habituales reproches, las palabras de Elena se tienen que abordar en el contexto de la carrera electoral por las municipales del año que viene. ERC, a través del propio Elena, ha corrido a suavizar las críticas del consejero, mientras que por su parte, Jordi Turull ha utilizado las redes sociales para advertir a los republicanos que “todo no vale”.
Precisamente Turull es el centro de las miradas en el universo de Junts. El secretario general de la formación viene realizando, en las últimas semanas, muchos juegos de equilibrio para evitar un pronunciamiento vehemente contra ERC y poner en peligro la continuidad en la Generalitat.
El freno de los altos cargos
Con la salida de Laura Borràs del Parlament, el sector más radical de Junts y del independentismo, básicamente a través de Twitter, intentó crear un caldo de cultivo para que Turull apretará el botón rojo. El posicionamiento de los altos cargos junteros en la Generalitat y otras administraciones, como la Diputació de Barcelona, ahorró trabajo al exconsejero del gobierno de Carles Puigdemont y encarcelado por la causa del Procés.
Pese a que Laura Borràs ocupa la presidencia de Junts per Catalunya, en las bases del partido y en el conjunto del independentismo se confía más en Turull como interlocutor válido, según explican fuentes consultadas por Economía Digital. En este sentido, el actual secretario general goza de mayor experiencia y credibilidad en los despachos. A la expresidenta del Parlament se le otorga un mayor recorrido en la arena mediática.
Otro ámbito, a largo plazo, que la lucha con ERC no puede esconder es el económico. A día de hoy, casi el 60% de los ingresos de Junts per Catalunya (2,1 millones de euros) corresponden a la representación en el Parlament. Precisamente, la llegada de Turull a la dirección del partido, en sustitución de Jordi Sánchez, se produjo con el objetivo de culminar la implementación territorial y diversificar los ingresos.
Gritos de auxilio desde los municipios
Cierto que Junts per Catalunya y ERC gobiernan en grandes ciudades de Cataluña: Lleida, Girona, Manresa o Valls. Ahora bien, en los pequeños municipios la situación es radicalmente opuesta. “Las palabras del consejero Elena en Alcarràs nos demuestra que la dirección tiene mucho trabajo pendiente en el territorio”, apunta una persona cercana al núcleo de poder de los junteros.
Alcaldes y regidores habrían hecho llegar a Turull su preocupación por la falta de visibilidad del partido, fuera del entorno más cercano a Barcelona y el resto de capitales catalanas. “Hemos ido al ritmo de la política nacional y no hemos sido capaces de proyectarnos como partido de gobierno en los ayuntamientos”, afirman desde el interior de Junts.
La falta de referencias en los municipios genera otra preocupación en los pequeños dirigentes de Junts: la dispersión del voto. La aparición de partidos o plataformas municipalistas derivadas de escisiones, la falta de entendimiento con el universo del PDeCAT y otros reductos de la antigua Convergència “auguran más problemas”, de cara al ciclo electoral de las municipales.